CAPITULO 6

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—No te lastimare—  dije poniendo un dedo sobre sus labios los cuales era notorio el movimiento, estaba temblando de miedo, me acerque sigilosamente hasta rosar sus labios con los míos y darle un beso, me aleje de él y acaricie su mejilla —quiero que seas solo mío, prométeme lo — comencé a besar su cuello, ya sea por obediencia o por miedo me dio acceso para que pudiera hacerlo, lo abrace para acercarlo más a mí, lo tome en mis brazos me puse de pie y camine con él hasta su habitación dónde lo recosté con mucho cuidado sobre la cama, comenzando desesperadamente a besar de su cuello subiendo a sus labios, mis manos acariciaban su cuerpo, él solo se limitaba a guardar silencio con sollozos y dejarse manosear todo lo que quisiera.

—Yo— trate de no llorar —soy su pago usted lo dijo— añadí sin poder evitar las lágrimas, en determinando momento deje de temblar puesto solo me estaba besando y me tocaba por donde quería sin hacerme daño, solo accedía a dejar que me tocará, besará, a moverme sin decir nada y sin evitar las lágrimas puesto que no podía aunque eran en silencio y la poca luz de aquella lámpara no alumbraba lo suficiente, me hizo recostar y se poso sobre mí empezando a quitarme la ropa.

Quite su ropa por completo teniéndolo sobre la cama a mi merced, deslizaba mis dedos sobre su piel, lo cual aunque no quisiera le provocaba placer, lo supe al escuchar un jadeo salir de su boca, aunque se mordiera los labios no podía evitarlo, comencé a quitarme la ropa, para después cubrirnos bajo las sabanas y ponerme entre sus piernas, aunque su rostro miraba a otro lado, sabía que su cuerpo deseaba tanto sentir ese placer, lleve mi lengua a uno de sus pezones comenzando a juguetear con el y luego pasándome al otro, hasta ponerlos firmes y duros, dándole un leve mordisco, el cual nuevamente provoco que jadeara y debido a eso se cubrió la boca, no entendía el por qué sucedía mas sin embargo tampoco me hacía a un lado.

esta vez no era a la fuerza y por lo tanto mi cuerpo experimentaba estas sensaciones que ciertamente no sabía que estaba sucediendo, solo mi cuerpo deseaba sentir nuevamente sus roces, la sensación que me provocaba el sentir de sus labios, sus manos sobre mi piel que me estremecían y me hacían remover sobre la cama, empecé a sufrir una erección y si efectivamente no quería mirar lo, por que era desconocido el sentir de querer estar así con una persona para sentir placer o por sentimiento puro; sentía bochorno y jadeos salían de mi boca a causa de sus acciones, mi respiración se alteraba a las sensaciones que tenía mi cuerpo.

Lleve una mano a su miembro comenzando a acariciarle de arriba abajo, se hacía notorio la reacción de su cuerpo ante esto, me dirigí a sus labios nuevamente para comenzar a besarle, besos que me correspondió, continúe con lo mío jugando con su erección y con la otra mano acariciando el borde de su cuerpo, la temperatura de su piel comenzaba a elevarse y sus jadeos constantes me excitaban más, me acerque a su oido y le di un leve mordisco  susurrando levemente —¿Te gusta?~~—  volviendo a besar su cuello, veía como su cuerpo se arqueaba voluntariamente, no necesitaba una respuesta, la podía ver.

no sabía que pasaba con mi cuerpo que solo sentía estas sensaciones que deseaba que repitiera una y otra vez, el echo de que tocará de esa forma mi intimidad hacía que sin mi consentimiento jadeara una y otra vez, cuando sentía sus labios sobre mi boca mi cuerpo respondía y aunque no supiera dar un beso mis labios se movían contra los suyos respondiendo torpe, a cualquier movimiento o acción remarcada arqueaba mi cuerpo, quien diría que aquél que era tan de mal humor fuera tan gentil y delicado esa faceta suya, que no la conocía ¿por que sería? ¿por que estaba ebrio?; Hizo movimientos mas bruscos sobre mí que solo me hacían retorcer me como un gusanito en la cama, pero entonces sentí que se metía entre mis piernas lo que hizo que volviera a verlo, sentí nervios y miedo que iba a pasar ahora ¿Dejaría de ser gentil?

Nos miramos a los ojos detenidamente, acaricie su rostro echando para atrás los cabellos traviesos que cubrían levemente sus ojos, me acerque a su rostro para besarlo, haciendo un beso delicado y volver a mirarle
—No quiero lastimarte, me detendré si eso quieres, porque no sé si pueda hacerlo sin lastimarte— bese su frente y de ahí baje besando la punta de su nariz, —pero si quieres que continúe, lo haré— comencé a besar sus mejillas y baje a su cuello —¿Dime?—  Bese su hombro dando un mordisco —¿me detengo?— baje a besar su pecho  —¿o continúo?—  lamí la punta de su pezón alzando la mirada para ver su rostro.

~Un Dulce Pago~🍭Donde viven las historias. Descúbrelo ahora