Only you. {l.s} EN PAUSA

Cinco.

Louis se encontraba yendo a tomar el autobús hasta su casa. Era algo nuevo para él ya que siempre era mamá Jay la que lo recogía de la escuela. Pero dos semanas atrás, ella decidió que Louis ya era lo suficientemente mayor como para viajar solo, por lo que un domingo a la noche, se lo dijo. Obviamente, no fue todo así como así. El día despues de que ella le diera la noticia al pequeño ojiazul, Jay llevo a Louis a la escuela, y en la salida acordaron que él tomaría el autobús y ella lo esperaría en la parada. Y así sucedió. Cuando Louis bajó del vehículo, Jay lo abrazó y ambos comenzaron a saltar, mientras que la mayor decía "¡Lo hiciste, mi amor!" y Louis reía. El chofer los miraba con ternura, y las ancianas sentadas en el fondo lo miraban a través de las ventanas y exclamaban un "Aww" al unísono. Ahora era una rutina. Louis tomaba el autobús solito, e iba hacia su casa, solito. Como un niño grande.

El ojiazul caminaba por la vereda tratando de no pisar las lineas que separaban las baldosas del suelo. Nadie lo notaba, pero el lo hacía. ¿Quién lo sospecharía? Todos lo hicieron alguna vez. Una ráfaga de viento se levantó y Louis alzó la mirada, divisando algo -o mejor dicho, alguien- que hizo que su corazón comience a latir de manera apresurada.

Harry.

Trató de apurar el paso, y llegar hasta él. Harry se encontraba caminando unos metros delante de Louis, y por lo que suponía, estaba pensando, ya que no había escuchado sus pasos. O eso creía.

-¿Estás siguiendome? -Preguntó Harry sin voltearse a verlo. No le importaba quien era, pero quería asegurarse de que nadie tratara de raptarlo. Aunque pensándolo bien, si él le hubiese preguntado a algún raptor si estaba siguiéndolo, no le hubiera contestado. Qué inteligente, Harold.

-¿Y-Yo? No... -Susurró Louis con timidez y al momento en que lo escuchó, Harry volteó y lo miró con una sonrisa. Le agradaba Louis. Era como un niño, un tierno -y lindo- niño. Aunque fuese dos años mayor que él.

-¿Vas hasta la parada de autobuses? -Louis asintió frenéticamente y Harry rió por lo bajo. Le causaba ternura.- Me queda de paso, ven. Te acompaño.

Louis esbozó una gran sonrisa y caminó -por no decir que corrió - hacia donde se encontraba Harry. Y juntos emprendieron el camino hasta la parada de autobuses. Caminaban mirando en diferentes direcciones, y Louis quería tomar su mano, pero sabía que sería inapropiado. Mientras que Harry pensaba inconscientemente en lo lindos que eran los ojos de Louis. Luego de un par de minutos, decidió hablar:

-¿Diez preguntas? -dijo mientras volteaba a ver al ojiazul. Y casi queda embobado con la imagen que se le presentaba. Louis se encontraba mirando hacia el cielo, y parecía que sus ojos eran una parte de éstos. Lo cual era imposible, el azul del cielo no era nada parecido al de los ojos de Louis, ya que el color de éstos eran el color de la inocencia, eran el color de Louis.
Y Harry creyó que no había un color más bonito.

Louis -sin darse cuenta del show que le brindaba a Harry- volteó y lo miró con una sonrisa, lo cual hizo que Harry recobrase la compostura y cerrara su boca -¿en qué momento la había abierto? No lo sabía-.

-Claro, aunque no sé cómo se juega a eso... -susurró Louis un tanto avergonzado y Harry sintió ganas de abrazarlo. No sabía por qué.

-Yo te hago diez preguntas, tú las respondes. En realidad son veinte, pero el camino a la parada es corto. La próxima vez te haré más preguntas.

La próxima vez. Habría una próxima vez.

-Oh, claro... Bien, empieza.