Divagando en el juzgado

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Tengo el contrato de no soñar despierta

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Tengo el contrato de no soñar despierta.

Porque me pierdo en la idea de que me quieres mucho. Te veo narrando historias líricas, divinas, que van profundas al alma, pero derrochan fantasía innata.

No puedo quererte en la mente, lo sé de memoria aprendida. Se ve la vieja gloria que me arrastra por entre las ruinas de un castillo hendido. En realidad, no busco conocerte enredado en monólogos de narciso.

Quisiera escucharte, en cambio, más seguido; pero la vida es paciencia y paciencia me falta. Puede una hora bastar para volver al palacio de la mente que exige por entre todos, como si yo fuera su sirviente.

Me gusta pensar en tus respuestas, pero no quiero que estén predispuestas cuando te vea. Me gustas más cuando te veo. Eres tan real como un suspiro. Eres tan real como lo imagino.

Deslizo la pluma y firmo lo mismo. No te imagino, te vivo.

Te quiero vivir fuera de la mente. Eres fantasía viviente.

 Eres fantasía viviente

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Por la noche | Compilación de escritos. Vol III ✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora