Corazón mío, ¿te has percatado de la bella historia entre nosotros?
Sí, te escribo porque no estaba segura esta mañana cuando preparaba mi sonrisa para recibirte. Y es que, últimamente, me he levantado de un humor tremendo, seguramente lo has notado. Estoy más sentimental y, debo confesarte, a veces he llegado a dudar de lo mucho que me piensas.
Amor mío, lamento si mis ojos te recorren cada día con más descaro, pero he concluido que ellos pueden alcanzar a secuestrar toda tu dulzura para que el recuerdo de ésta pueda consolarme en aquellos minutos en que, mi vida, tú no estés aquí.
Cariño, ayer en la noche miré todas las estrellas con melancolía y encontré que la luz resplandecía tan atrevida como tú.
Recordé entonces, con la luna, tú hermosa tez blanca que me quita la cordura y, con ayuda de mis ojos bandidos, pude recordar tus tiernas mejillas rosadas, como las de un niño que ha terminado de jugar en el jardín. Un suspiro escapó de mí aquella vez, ¡como odio a esos rufianes! Nunca atenderán mis instrucciones de quedarse resguardados en mi corazón.
Mi eterno amor, te confieso también que he comprado un par de suplementos para los dos. No exactamente lo que cualquiera adquiriría en un almacén común.
Compré muchos, muchos sueños y solo una pizca de realidad. Lo siento, pero es que nunca he creído que valga la pena invertir en ella, creo que es muy cara y tiene un sabor un tanto amargo... ¡Por cierto! Te he comprado también un frasco de café para que desayunemos juntos en la terraza cada mañana, y, no es por presumir, pero preparo un café delicioso. También compré un canasto para las flores que me traerás cuando seamos mayores, lo elegí con detalles en encaje y listones, es que me gustan esas cosas. Para ti, traje un baúl color cobre con tu nombre pintado en dorado. Muy bonito, por cierto. Ahí podrás guardar todos los consejos que nos daremos y, si quieres, tus noches favoritas.
Cuando lo recibas, encontrarás que he metido algunos regalos adicionales para ti. He guardado varios frascos con canciones que son tuyas, tal vez pienses que son demasiadas, pero he estado recolectando tantas que tuve que cambiar el tamaño de los contenedores a último minuto (lo bueno es que los tenían en oferta). Me atreví a comprar también un mantel hecho a mano, me dijeron, con fibra de risas. Lo pondremos en nuestro comedor, ese donde invitaremos a los amigos más cercanos y a nuestra querida familia, para que puedan disfrutar exquisitos platillos con nosotros.
Oye, había olvidado mencionar que te compré, además, una hermosa escultura de caballo, yo sé lo mucho que te gustan y pensé que a nuestros nietos les encantarán las hazañas que podrías contar cuando te pregunten la razón de ese amor.
Por último, y cómo el monedero iba cada vez más liviano, te compré un lindo reloj "cucú" para la sala. Sonará a las 12 en punto, para recordar que hay que tomarnos aunque sea un minuto de pereza para disfrutar de esta hermosa vida.
Cuando salí, me regalaron un bello reboso hecho con hilos de ilusión, y pensé en usarlo para consolarte cuando creas que ya no puedes más, cuando solo sientas el lento y profundo latido de tu corazón rogando por respuestas. No te preocupes, yo estaré ahí.Tengo todo listo, menos una cosa...
Corazón, ¿te has percatado de lo hermoso de nuestra historia? Ha pasado tanto tiempo desde la primera vez que te vi, cuando esos ojos cafés se clavaron en mi alma. Ha pasado, en verdad, mucho tiempo. Ya quiero llegar a casa, te lo he dicho, tengo todo listo y, ¿sabes? Si no te gusta el café aún puedo cambiarlo por té. Me queda muy rico también. Y, y, y, si no quieres invitar tantas veces a nuestras familias o si, en cambio, las quieres invitar muchas... bueno, yo estoy bien con ello.
Sí, sí, yo también estoy dispuesta a que el canasto tenga todo tipo de flores, ya sabes, las que encuentres de camino del trabajo a casa, si prefieres. Y... No es que sea complaciente, claro que no, ni conformista, ¡todo lo contrario! Lo que pasa es que quiero que te sientas tan cómodo conmigo como con nuestra nueva casa.
Oye, y... Bueno, ya que te he comprado tantas cosas, creo que puedo pedirte un par de favores, ¿está bien?En primer lugar, ¿podrías mirarme cuando paso a tu lado? Es que, vaya, no es que me importe mucho, pero a veces me gustaría poder sentir tu mirada en mis ojos, colándose como un río en una montaña sedienta. En ocasiones me entristece pensar que tan solo mi alma busca ansiosa tu presencia.
El segundo favor te parecerá absurdo por nuestra edad, pero no puedo evitar pedírtelo... quisiera que me hablaras. Es que... yo lo he intentado muchas veces y he fallado. Te he fallado. Sin embargo, he construido una casa perfecta con todo lo necesario para que seamos felices y, ya te lo he dicho, estoy segura de que te encantará.Si prefieres los jardines, hoy mismo mando a hacer uno, y si por el contrario, odias las terrazas, en este momento la mando a tumbar porque, desde no hay nada que yo quiera más en este mundo que mirar tu sonrisa. Aquella luz que había perdido y que un día encontré sin querer.
Yo sé que no me conoces, probablemente no sabes mi nombre. Yo sí conozco el tuyo, está clavado tan profundo en mi corazón que no dudé en mandar pintar tu nombre en el baúl. Parece absurdo, lo sé. No todos lo entenderán.
Mi príncipe, el último favor. Si jamás conoces mi nombre, ni me hablas, ni me miras. Solo te pido que visites nuestra casa y te lleves todo. Llévate el baúl y el reboso, porque no soportaré verlos en una casa vacía. Llévate el café y el canasto, tal vez lo usarás después con tu verdadera amada, y en ese momento, tu corazón brillará aún más. ¿Te digo una cosa? El mío también lo hará, porque te sabré feliz.
Mi dulce estrella, no hay nada que me haga sentir tan llena, que saber a mi astro brillando.Amor mío, tengo todo listo, pero me falta algo... tú.
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Por la noche | Compilación de escritos. Vol III ✨
RandomUna velada mágica y los pensamientos. Todo lo que sale del tintero después de las siete de la tarde es una tormenta inexplicable. Si gustas, puedes tomar estos pequeños escritos como tazas de té antes de dormir. Nadar entre las reflexiones y dejar...