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— Y eso fue lo que pasó. —terminó una apenada Winter tras contarle a su mejor amiga lo que ocurrió en ese lindo pero sumamente incómodo fin de semana.

Ningning estaba en shock.

— ¿Me estás diciendo que su hermana es tu alma gemela? ¿Y no Karina unnie?, pero qué suerte de mier-

— ¡Ya! Sí, lo sé. No tengo ni la más remota idea de qué hacer. Yo amo a Karina, pero mi alma gemela es su hermana. ¿Sabes lo incómodo que es?, mi cuerpo... reacciona con ella y me siento tan culpable. No quiero herir los sentimientos de ninguna, pero me preocupa más Karina. ¡Todos estos años acomplejada por ser una alfa-beta, y tuvo que pasarme esto! —Winter ya no daba más de frustración. Cubría su rostro con las manos intentando pensar en qué hacer pero no tenía idea.

— ¿Ya le contaste a Karina unnie? —Ningning veía apenada a su amiga. Siempre supo que su sueño era tener alma gemela y enamorarse, pero ahora cumplió las dos y son diferentes personas.

— No quiero decirle aún. No sé cómo. ¡Me presentó a sus padres!, no puedo ir hoy mismo y decirle "¡Oye, Karina! En realidad me equivoqué, mi alma gemela es tu hermana mayor y entro en celo cada vez que siento sus feromonas, pero te amo a ti y no quiero dejarte". Preferiría, no sé, MORIR. —se recostó dramáticamente en la mesa mientras recibía caricias en el cabello por parte de su amiga.

— Oye, no digas la m word, soy sensible. De todos modos, si lo ocultas es peor. Dudo que Karina unnie se enoje contigo, se ve de lejos que está encantadísima contigo. —Ningning la animó un poquito.

La puerta del salón fue tocada, haciendo que la atención de todos fuera hasta esta.

— Hablando de la reina de Roma. Ahí está tu mujer. Sí que se ve bien hoy. ¿Tu novia está soltera? —rió Ningning al recibir una mirada fría por parte de su amiga.

— No es mi novia todavía, pero lo será si todo sale bien. —Winter se levantó y caminó hasta la entrada del salón para recibir a la beta. — Buenos días, presidenta. ¿Necesita algo?

— Sí, secretaria Minjeong. Acompáñame unos minutos. Es un asunto importante. —respondió Karina en el mismo tono formal de Winter mientras ambas empezaban a caminar en el pasillo.

— ¿Pasó algo, Karina unnie?

— En realidad, solo quería verte.

El corazón de Winter empezó a palpitar como si hubiera corrido una maratón de 10 kilómetros.

— También quería verte. ¿Está todo bien? —Winter le sonrió y notó que Karina se tensaba.

— Sí... Bueno. Winter, tú también te diste cuenta, ¿no?

Winter palideció y casi siente que su alma trascendió.

— ¿Darme cuenta de qué? —rió nerviosa.

— De que mis padres te aceptaron como mi omega.

— Aaaahh, era eso. Sí, sí me di cuenta. Estoy muy feliz. —Winter recuperó su color habitual y empezó a dar pequeños saltitos emocionada.

— Sí. Y también te diste cuenta de que Giselle es tu alma gemela, ¿no? —Karina le seguía sonriendo y no lo pudo procesar.

— Sí... espera, ¿qué? ¿Cómo lo sabes? —Winter sentía que en cualquier momento el corazón se iba a salir por su garganta para ir a recorrer el mundo.

— Leo mucho de esto, Wingi. Sé de estas cosas. Lo noté desde que volvimos al auto. Aun así, todo lo que dije fue cierto. Quiero que seas mi omega y no quiero renunciar a ti a menos que tú lo desees. Yo respetaré la decisión que tomes, solo quiero verte feliz. —su semblante se entristeció por unos microsegundos pero luego volvió a la normalidad.

— Lo siento mucho, Rina. Yo no sabía que todo esto iba a pasar. Es verdad que de no ser por las feromonas impregnadas en tu cuerpo no nos hubiéramos conocido, pero me enamoré de ti por la persona que eres. Nunca me importó si eras alfa, beta, omega o lo que sea. Juro que no me rendiré, soy capaz de desafiar al destino por ti. No quiero perderte, Karina. —los ojos de Winter se humedecieron, empezando a llorar.

Inmediatamente Karina la abrazó mientras frotaba su espalda. Todo esto también le dolía y estaba igual de insegura que la omega. No sabía cómo, pero al menos lo iban a intentar.

— Está bien, Winter. Lo resolveremos ¿sí?, por ahora debemos aprovechar estos dos meses antes de tu celo porque supongo que no seré yo quien te ayude en esas fechas... —Karina inconscientemente se aferró al cuerpo de Winter y cerró los ojos.

— No, Karina. No quiero a nadie en mi celo que no seas tú. Quedamos en que intentarías marcarme para ser tu omega, ¿no? —Winter levantó la cabeza para mirarla con sus ojitos hinchados.

— ¿Estás segura? No sabemos lo que pueda pasar. Quizás no funcione o te pueda pasar algo por el lazo que compartes con mi hermana. Giselle es la única que podrá calmarte durante esos días...

— Basta, Rina. ¡Quiero estar a tu lado! ¡No importa si funciona o si falla, si todo sale bien o todo sale mal, solo quiero estar contigo! No necesito nada ni a nadie más que tú. ¡Estoy enamorada de ti y solo de ti! —Winter no tardó en percatarse de lo que había dicho. Si bien no era un secreto que tenía fuertes sentimientos por la presidenta, era la primera vez que se le escapaban aquellas palabras con un enorme peso.

Hubo unos segundos de silencio entre las dos mientras se miraban fijamente.

— Bueno... yo... —Winter empezó a balbucear mientras su rostro se tornaba rojo. — Sí... es que... bueno, la verdad es que... sí.

Karina no pudo evitar reír feliz y acunar su rostro con las manos.

— Otra vez me acabas de robar las palabras, Winter. ¡Yo también quiero confesarme a ti primero!, siempre me robas la oportunidad. —Karina tiró de sus mejillas fastidiando a Winter.

— Bueno... uhm... —Winter bajó su mirada completamente nerviosa. — Aún puedes ser la que pida noviazgo...

Karina se sonrojo y apartó su mirada. Claro. Lo había olvidado por completo; actuaban como una pareja, se trataban como una pareja, se presentaron como una pareja, pero no eran pareja aún.
La presidenta carraspeó y respiró hondo antes de tomar las manos de la omega para que la mirara.

— Kim Minjeong. Has sido un encanto desde la primera vez que nos conocimos y no pude evitar caer por ti. Me enseñaste cosas buenas y me hiciste sentir amada en muy poco tiempo. Lograste que mis tormentos desaparezcan y después de un año estando a tu lado he decidido por fin dar un primer paso. Wingi, ¿me otorgarías el honor de ser tu novia? —Karina le sonrió estando con las mejillas totalmente coloradas.

Winter estaba en la misma situación. Sus lágrimas comenzaron a esparcirse con fuerza por sus mejillas haciendo que la mayor se asustara.

— Wingi, ¿estás bie-

— ¡Claro que quiero ser tu novia y que tú seas mi novia y que ambas seamos novias! ¡Sí quiero, en esta y mil vidas más! —Winter la abrazó tan fuerte que se le fue todo el aire. Se abrazaron mutuamente hasta que Karina tomó el rostro de Winter entre sus manos para depositar un suave besito en sus labios.

— ¡Que vivan las lesbianas! —gritó Ningning con su celular apuntándolas mientras medio salón se encontraba viéndolas desde la puerta.

— Creo que debimos haber hablado en otro lugar...

— Tienes razón. —ambas rieron al escuchar aplausos y se volvieron a abrazar.

Ninguna de las dos estaba dispuesta a dejar ir a la otra. No saben qué pasará, por lo que solo harán lo que mejor saben hacer: amarse mucho y cuidarse la una a la otra.

You are my soulmate - winrinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora