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⚠️ ATENCIÓN. ⚠️

El manga en el que está inspirado esta historia finaliza en el capítulo anterior. El autor tiende a hacer historias con finales abiertos y los fans se encargan de dar su propio desenlace. A partir de este capítulo estarán leyendo mi propia continuación. ¡Espero que lo apoyen!

[...]

Minjeong sintió cómo sus mejillas se calentaban, sus piernas flaqueaban y la necesidad de aferrarse a Giselle crecía más cada segundo. Rápidamente terminó el contacto con la alfa mientras apartaba la mirada.

— Sí... un gusto. S-soy Kim Minjeong.—respondió como pudo. Giselle estaba liberando intensas cantidades de feromonas y por el modo en que la veía, era a propósito.

Karina la quedó mirando confusa y preocupada. ¿Por qué cambió tanto el ambiente? Y peor aún, ¿por qué su... "algo" se veía tan débil?

— Winter, ¿estás bien? —Karina la tomó de las mejillas y luego tocó su frente. — Estás ardiendo en fiebre. ¿Es tu celo? Creí que aún faltaban dos meses. ¿Tienes supresores?

Minjeong asintió, buscándolos en su bolso.

— Lo siento, Gigi. Me llevaré unos minutos a Minjeong ya que eres alfa y yo aún no la marco... —Karina tomó a Winter de la cintura para sujetarla.

Giselle, por otro lado, aprisionó su labio inferior con los dientes mientras empuñaba una de sus manos intentando no hacer un escándalo. ¿Karina iba a marcar a SU omega? ¿Cómo era posible si ni siquiera es una alfa de verdad? Iba a reclamar hasta que sus ojos se encontraron con los de la omega, la veían suplicantes y era evidente que estaba pidiendo a gritos que no dijera nada. Se giró intentando controlar sus feromonas y habló.

— Bien. Esperaré en el auto.

Karina asintió, intentando ignorar el tono molesto que usó su hermana mayor, ¿quizás la ofendió?, pero eso no importaba ahora. Caminó con Winter hasta llegar a un callejón vacío; no quería que más personas la vieran en ese estado, quizás podría aparecer un alfa que atente contra ella. Buscó la botella que tenía y se la entregó a una jadeante y sonrojada Winter. La omega ingirió los supresores y se abrazó a Karina.

— Esto me recuerda a la primera vez que nos conocimos. ¿Estás buscando mi olor? —Karina sonrió acariciando el cabello de la omega que estaba aferrándose a ella con fuerza.

Winter reprimió un sollozo. — Sí... —respondió cerrando los ojos.

Pero lo cierto es que no era lo mismo. La primera vez, la abrazó para disfrutar su olor. Ahora estaba aferrada a ella por miedo a que se aleje de su vida por todo lo que iba a suceder de ahora en adelante.


Minutos después, Minjeong ya se había estabilizado y se reincorporó. Karina en ningún momento cesó sus caricias y eso le encogió el corazón a Winter.

— ¿Ya pasó? —preguntó Karina acariciando sus mejillas.

Winter asintió y segundos después recibió un besito en su frente. — Okay, entonces vamos. —Karina tomó la mano de la omega entrelazando sus dedos y empezaron a caminar en dirección del auto que las esperaba.

Minjeong estaba inquieta y nerviosa. No sabía cómo iba soportar estar toda una tarde con su alma gemela, y si esta liberaba feromonas, ningún supresor podría calmar su calor.
Al llegar al auto, ambas chicas se subieron en la parte trasera. Giselle observó a la omega por el espejo retrovisor haciendo que esta aparte la mirada.

— ¿Ya está todo bien? —preguntó.

— Sí, ya está mejor. Fue raro, ¿Winter, acaso eres recesiva? —Karina se giró hacia la nombrada con cara de duda.

Minjeong se encogió nerviosa, no era recesiva y no quería mentirle, pero tampoco quería decirle la verdad. Es complicado.

— Eh... ¿Quizás? No sé, nunca leo los chequeos médicos con atención... —desvió su mirada hacia la ventana, nerviosa.

Karina rió bajito revolviendo su cabello. — Al menos esta vez sí tenías supresores. Aprendiste la lección de la primera vez, eso es bueno.

Eso despertó la curiosidad de Giselle.

— ¿"La primera vez"...? —las miró por el espejo, sin despegar toda su atención del camino.

— Sí... A Minjeong le ocurrió algo similar en la escuela cuando nos conocimos y no traía supresores, así que la regañé.

— Oh... ¿Y cómo lo solucionaron entonces? ¿Acaso ustedes...? —insinuó Giselle, disimulando el tono duro de sus palabras mientras sujetaba el manubrio con fuerza.

— ¿¡Q-qué!? ¡No, no! —respondió Karina, sonrojadísima. — Habían supresores en enfermería y se los llevé, no es lo que tú piensas. —rió nerviosa.

Aquella aclaración hizo que Giselle se relajara y siguió conduciendo.

Mientras tanto Minjeong estaba demasiado perdida en sus pensamientos para notar la conversación entre las hermanas. Y tras un tortuoso camino, finalmente llegaron a la casa donde la esperaban.

Karina bajó primero y le estiró la mano a Minjeong, quien la recibió con una sonrisa mientras bajaba del auto. Giselle las contempló con rabia mientras apagaba por completo el auto. A medida de que se acercaba, oía a su madre chillar de la emoción y a su padre intentando calmarla. Una vez dentro, vio cómo Karina la presentaba como su omega e hizo todo lo humanamente posible para contener su enojo.

Lo dejaría pasar hoy, pero sin dudas no se iba a quedar de brazos cruzados mientras veía cómo le arrebataban lo que tanto esperó: su alma gemela.

You are my soulmate - winrinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora