DESPEDIDA

10 5 0
                                    

Durante días intenté llamar a 'Eber, pero no venía a mi, desde la noche en la playa, no lo había vuelto a ver.
Andaba desesperada, vivía asomada a mi ventana, mirando al mar esperando su llegada, pero nada funcionaba.
Un par de semanas después, conseguí dormir, cuando sentí un beso en mi frente, asustada desperté y encendí la luz colocada al lado de la foto de 'Eber y allí estaba él.
-¿'Eber?...
-Hola pequeña, perdona mi ausencia.
Me abalance sobre él, abrazándolo fuerte, llena de miedos.
-¿Qué a pasado?...
No podía articular bien las palabras, solo llorar entre sus brazos mientras él me consolaba.
-Lo siento, no pude venir.
Mire hacia arriba, vi su cara de preocupación y tristeza.
-¿Qué me ocultas 'Eber?
Apartó mi pelo mojado de lágrimas saladas de mi cara y se sentó a mi lado.
-Está noche es la última que pasaremos juntos.
No pude hablar, algo en mi me decía que esté momento llegaría, pero no en ese mismo instante.
Yo solo repetía; - No por favor 'Eber.
-Mi amor, ya no se me está permitido estar entre vosotros, debo avanzar, debo irme.
Sus palabras cortadas por lágrimas que caían de su rostro sonaban cada vez más reales, entrando en mi como fríos puñales que me atravesaban mi cuerpo sin ningún pudor.
-No depende de mí, créeme pequeña, de poder escoger, escogería estar a tu lado, pero no puede ser.
Quería morir, morir y estar con él por siempre…
-Desde donde esté, estaré contigo Vera.
-Pero, yo no puedo vivir sin ti 'Eber.
-Lo harás pequeña, por ti y por mi. No sabes lo agradecido que te estoy mi amor, sin ti no hubiera conocido lo que es amar.
No podía soltarlo, no podía parar de llorar, de temblar, no quería verlo partir para siempre.
-Pero ‘Eber, ¿Por qué?... Yo quiero irme contigo, que todo esto nos arrastre a los dos.
-No lo digas ni en broma, ahora toca ser fuerte pequeña, además no estás sola, tienes los tuyos, y ahora también a los míos, tienes todo lo que necesitas para ser feliz.
-Pero sin ti… no 'Eber sin ti no…
-Nos volveremos a ver, te lo prometo pequeña.
Nos acomodemos en mi cama,  sobre su pecho sin latido, después de un largo rato entre sus brazos escuché un te quiero, Abrí mis ojo y mi amor, mi chico inerte, se fue para siempre.
Dejando mi cuerpo como el suyo, sin corazón.

El Mapa De 'EberDonde viven las historias. Descúbrelo ahora