11. Conspiraciones

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11. Conspiraciones

La pequeña luz de su cigarrillo se distinguía levemente en la oscuridad de la habitación, dejando entrever el camino de humo que se levantaba en el aire. Todo estaba en aparente calma; sus compañeros dormían y al parecer los huéspedes de las otras habitaciones del motel también, puesto que no se escuchaba nada a los alrededores. O al menos así fue hasta que escuchó una pelea en el cuarto contiguo, y minutos después, Shachi llegó a donde estaba y se sentó a su lado.

- creo que es buen momento para cambiar turno- le murmuró dolido el pelirrojo, al parecer le costaba mucho hablar- ve a dormir Kuroashi, yo vigilaré

- Penguin te golpeó, ¿cierto?- pese a que no lo veía, el cocinero podía deducirlo, sobre todo al escuchar esa pelea y la apagada voz del otro

- no entiendo por qué se pone así, no hace falta que nos casemos para que sepa que lo amo

- no hay mejor forma de mostrar lo que sientes que hacer algo inesperado

- ¿ah sí?- el rubio hablaba como si lo supiera todo y eso le molestaba- ¿y qué se supone que hiciste tú?

- mi amor más grande siempre han sido las damas, y en cambio voy a casarme con un hombre- incluso él se reía de la ironía que era su vida; seguramente Shachi estaba igual de sorprendido, pues no le respondió- voy a dormir entonces- apagó su cigarro con la suela de su zapato y se puso de pie; si tenía suerte habría un pequeño espacio junto a Luffy para poder dormir

- ¡Kuroashi, cuidado!- había logrado ver un destello por el rabillo del ojo, por lo que se arrojó sin pensarlo sobre el rubio, tacleando y manteniéndolo contra el suelo mientras una especie de chasquidos metálicos se escuchaban desde la ventana a la vez que los vidrios se rompían contra el suelo. Cuando el ruido cesó, el pelinaranja se asomó con cautela y sacando su par de cuchillas; lo único que quedaba del incidente era el suelo cubierto de trozos de vidrio y ocho perfectos agujeros en la pared- ¡¡Penguin!!- gritó de pronto antes de salir de la habitación por la ventana recién abierta.

Penguin acudió al llamado de su compañero, y armado con su rifle, salió por la misma ventana que lo había hecho Shachi. El cocinero tardó unos segundos en procesar lo que había sucedido pero finalmente lo comprendió... alguien acababa de atacarlos. Aún con la cabeza baja, Sanji se escurrió hacia la habitación donde Luffy dormía, y afortunadamente seguía ahí, dormido en la cama totalmente ajeno a lo que sucedía. No podía dejarle solo, sabía que les estaban buscando, por lo que comenzó a zarandear al muchacho para despertarle... si tenían que huir, era mejor hacerlo de la forma más rápida posible.

- despierta Luffy, debemos irnos- quizá el atacante había usado silenciador en su arma puesto que no se habían escuchado los disparos, pero el sonido del vidrio rompiéndose pudo escucharlo cualquiera, sólo esperaba no llamar la atención de alguien o no sólo ellos estarían en problemas, también los posibles testigos- ¡Luffy, despierta! ¡Hay carne para el desayuno!

- ¿carne?- y como por arte de magia, el muchacho del sombrero de paja se levantó de golpe, tallándose los ojos con el torso de sus manos- Sanji, ¿dónde está la carne?

- te compraré la que quieras mañana por la mañana, pero debemos irnos- arrastró al pelinegro por el brazo para llevárselo de la habitación, no sin antes asomarse para asegurarse que no había nadie más

- Kuroashi- por acto reflejo se escondió de nuevo en el cuarto al escuchar que le llamaban junto con el menor- Kuroashi, soy yo... tks... ¡soy la orca!

- ¿Shachi?- volvió la mirada a la habitación contigua, donde una mano hacía señales en la ventana. Esa voz y esa mano eran inconfundibles. Pronto el pelinaranja entró y comenzó a tirar de un bulto para meterlo a la habitación- Luffy, espera aquí- el chico estaba medio dormido, así que le dejó de nuevo en el dormitorio y cerró la puerta.

Spiteful Fate [ZoSan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora