13. Operación: Encubierto Parte 1

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13. Operación: Encubierto parte 1

Su corazón palpitó con fuerza ante la imponente construcción frente a sus ojos, de alguna forma ese lugar tenía un aire parecido a la mansión de Crocodile, seguramente porque le pertenecía a un hombre incluso más cruel que el antiguo rey del bajo mundo, y los medios por lo que esas magníficas edificaciones eran obtenidas y las horribles cosas que pasaban en su interior les daban un toque siniestro... prostituciones, asesinatos, ejecuciones. Sin poder evitarlo comenzó a sudar frío, ¿por qué recordaba cosas como esas en esos momentos?

- Kuroashi, ¿estás listo?- le preguntó el pelinaranja quien conducía mientras le miraba a través del espejo retrovisor- no tenemos oportunidad para un solo fallo o perderemos al jefe y a Portgas

- sí, lo sé- debía calmarse, debía concentrarse en la misión o no volvería a ver ni a sus amigos y mucho menos a su prometido; tenía que salir vivo de esa mansión a como diera lugar. El cocinero suspiró un par de veces antes de encender un cigarrillo, no había nada que le calmara más que el delicioso sabor a tabaco. Después de inhalar el adictivo humo algunas veces, se colocó las gafas y se revisó en el espejo- es hora del show...

El auto se deslizó con calma hacia la entrada principal de la mansión perteneciente a la familia Doflamingo; tal vez no era el más lujoso de entre todos los autos ahí reunidos pero sabía que era de los más esperados esa noche. Esperó a que sus "subordinados" aparcaran el auto y abrieran la puerta para que pudiera salir con gracia del vehículo, siempre cuidando que su bastón de madera le indicara el camino. Una vez fuera caminó junto a Shachi hacia la puerta principal de la mansión, donde una hilera de sirvientes ya les esperaban para darles la bienvenida.

- usted debe ser el último invitado que el joven amo esperaba- la bella mujer de cabello verde sonrió amplio al verle. Aquel sujeto encajaba a la perfección con la descripción que circulaba en el bajo mundo; un hombre alto de porte elegante y cabello rubio peinado hacia un costado, cubriendo parcialmente su mirada, la cual se escondía tras unas gafas rectangulares. Y como era de esperarse de todos los invitados, iba ataviado con sus más estrafalarias y costosas prendas; un largo abrigo blanco que llegaba hasta los tobillos, pantalones color marfil y zapatos negros perfectamente lustrados, todo complementado con joyas en cuello y manos, incluso el bastón que llevaba tenía un enorme rubí en el mango- Don Sanjino, ¿no es así? Hemos escuchado hablar mucho de usted, debe sentirse privilegiado por dejar que asistiera a esta reunión

- no, el privilegiado es Doflamingo por tener aquí al futuro rey del bajo mundo- alardeó Shachi sobre el rubio- inclusive le hemos traído un obsequio de consolación- señaló hacia atrás con la cabeza, donde estaba su compañero sacando algo del maletero

- lo sé, y el joven amo se los agradece- la chica hizo una ligera reverencia ante el rubio- adelante, los demás ya están reunidos

Esperaron a que Penguin llevara aquel bulto y cerrara el auto antes de alcanzarles. Sus dos subordinados caminaban detrás de él, dejando que fuera su bastón y la chica que abrió la puerta quienes guiaran a su "ciego" jefe dentro de la mansión. Pasaron largos pasillos hasta llegar al sitio donde estaban reunidos los demás invitados de esa noche. Sanji esperaba no ser el último en esa habitación puesto que llamaría demasiado la atención, y al llegar se dio cuenta que de hecho no era el último, sin embargo, todas las miradas se posaron sobre él apenas cruzó la puerta.

Alrededor de una elegante mesa estaban ocho personas, cada una de ellas con su propio aire intimidante, y detrás de ellos permanecían de pie los que seguramente serían sus subordinados, dos por cada uno de los jefes... entre hombres y mujeres, los invitados escudriñaron al recién llegado con la mirada e inclusive algunos le sonrieron de forma extraña.

Spiteful Fate [ZoSan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora