Un Vals Inolvidable

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Suena la Viola, suena el Violin, suena la Orquesta de Don Serafín

Un Domingo en la mañana Estados Unidos, nuestro Joven desayunaba tranquilamente con su Padre Inglaterra un reconocido Maquinista y también muy soñador, Su madre Francia quien era una Mujer de buenos modales pero más realista que su esposo, y su hermano menor, Canadá el concentido de la Familia quien era un prodijio en el Piano y las matemáticas.

La familia comía en paz sus panes tostados con huevo estrellado, quizás no eran la familia más rica del Pueblo pero sí tenían un buen estatus socio-económico entre el pueblo y la alta sociedad.

-y como te a ido querido? - dijo Francia
- pues mañana llegará un nuevo tren mi amada, y América me acompañará ¿no es así hijo?? - dijo con una mirada de entusiasmo.
El joven respondió asintiendo más por obligación que por otra cosa, realmente no quería hacerlo pero no quería decepciónar a sus padres.
-Así se dice Hijo! Algún día serás un gran maquinista como yo hijo! Inclusive más talentoso, recuerdo cuando de niño me decía que de grande quería conducir un tren... Que lindos recuerdos- decía añorando a su pequeño hijo, quien ahora ya era todo un joven.

La habitación se había quedado en silencio, cada quien con sus pensamientos, Inglaterra con sus recuerdos, Francia pensando en cómo aumentar su popularidad ante la sociedad, Canadá sólo quería ir con sus amigos, y Estados Unidos... El sólo queria ir a la plaza, quería hablar con Don Serafín, él era como un segundo padre para él, quizás lo podría ayudar con algunas cosas.

-bueno... Ya me voy! - dijo Estados Unidos levantadose y caminando hacia la puerta.
-¿a dónde vas jovensito? - dijo Francia
-a la plaza-
-dejalo qué vaya querida- dijo Inglaterra dándole una dulce sonrisa a su esposa.
Francia suspiro y aceptó, nadie podía resistirse a esa dulce sonrisa.

Estados Unidos tomó su chaqueta, abrió la puerta y se fue caminando hacia la plaza, no se esperaría que ese día le cambiará la vida...

Horas antes en la casa de una joven tricolor algo alejada de la ciudad, vivía México y su padre España, quien se había quedado sin esposa y su única hija crecía tan rápido. España planeaba casar a su hija con un "buen candidato del pueblo" quien era un viejo con algo de dinero y que estaba dispuesto a casarse con cualquier jovensita que se le cruzace.

México se había despertado temprano y estaba haciendo el desayuno para su padre y ella, Su papá siempre hacía la comida y desayuno a pesar de que trabajaba todo el día, por eso México decidió darle una grata sorpresa.

-a que huele? - dijo España asomándose por la puerta
-Ven! Ven! Siéntate papá - México jalaba con delicadeza a su padre para que se sentará en la mesa mientras ella seguía dándole los últimos toques al platillo.

España miraba con felicidad a su hija cada vez la veía más grande, ya no era esa niña chiquita de cachetes rosados ahora ya era toda una mujer.

Mexico sirvió los platos y se sento enfrente de su padre, comiendo la rica sopa que había preparado.
-lista para hoy? - dijo España
-¿para que papá? -
-hoy vendrá Yugoslavia -
A México se le había apagado la mirada al escuchar ese nombre, aunque su padre no lo notará por el largo copete de la muchacha su mirada parecía la de una muerta al escuchar ese nombre.
-Yugoslavia vendrá a cenar, dice que tiene una sorpresa para su prometida-dijo España con emoción.
-oh que bueno... - dijo México con el entusiasmo por los suelos.

México se levantó y tomo los dos platos sucios, los lavo y espero a que su padre se fuera a trabajar. Vio por la ventana el camino de su padre y salió hacia el Pueblo, especialmente hacia la Plaza.

Regresando con Estados Unidos, el joven llegó a la plaza donde algunas familias y otros jóvenes bailaban,comían, platicaban, pero no veía por ningún lado a Don Serafín, no debía de tardar ya que siempre a esa hora tocaba su orquesta una canción particular que hacía que todo el pueblo (sin excepción) bailará al compás del Vals.

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