la estación

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España llego a la habitación de México, toco la puerta pero no escucho nada, sabía que no iba a ser fácil hablar con ella después de que la boda con Yugoslavia sería muy pronto.

Toc Toc, España llamo una vez más, sin respuesta...
-hija mía yo se que no estas feliz, lo entiendo pero creeme que es lo mejor para ti, yo se que no soy el mejor padre del mundo pero yo se que algún día entenderás el por que de esta decisión, por el momento tenemos que hablar de los preparativos para la boda ¿esta bien? - dijo el Español tratando de sonar animado
-... - sin respuesta
España dio un suspiro y decidió abrir la puerta, pero al hacerlo no encontró a nadie.
El hombre entro en panico y decidió revisar la habitación por si había indicios de algo y si qué los había.
España vio el papel que estaba en el escritorio de su hija y decidió leerlo.

"Querido padre te escribo esta carta para despedirme de ti, no tengo sertesa a donde iré pero te aseguro que estaré bien.

Quizas te preguntes el por que de esta decisión, quizás ya sabes la respuesta, pero aclararé tus pensamientos.
He encontrado a alguien que amo de verdad y con todo mi corazón, mi felicidad no está con el señor Yugoslavia y espero que en tu corazón algún día puedas perdonarme.
No se si algún día te volvere a ver padre mio pero te aseguro que te amo y siempre estarás en mi corazón.

Con amor
-México                                                                                        "

España estaba histérico, no sabía en que pensar, ¿escapar? ¿Perdonarla? Claramente se preguntaba el por que, no le entraban a la cabeza las palabras escritas en ese papel, necesitaba una explicación de su hija.

España sin dudarlo dos veces sabía a donde dirijirse y fue hacia la estación de tren pero no esperaba encontrarse con la horrida escena qué estaba precensiando.

Gritos y llanto, un cúmulo de gente morbosa viendo lo que había pasado, esperando lo peor, España apartó a toda la gente que estorbaba hasta llegar a la escena tan impactante qué todos observaban.
Un Joven con un cuadro azul y estrellas en una esquina de su rostro yacia en la rueda de un tren, sus lentes quebrados a un costado y una mirada carente de vida, no es necesario describir la cantidad alarmate de un líquido rojo que emanaba del desafortunado.

España vio horrorizado la escena y decidió ver hacia abajo encontrándose con su hija quien estaba llorando a más no poder en posición fetal, su llanto era desgarrador de oír. España se inco ante su hija, no tenía el corazon de decir algo así que solo le puso su mano en el cabello.
-porque... - murmuraba México
-... - España no tenía palabras
-porque, porque - repetía con la voz quebrada.
España abrazo a su hija y se la llevo del lugar.

Pocos minutos después Inglaterra había llegado a su trabajo y para su mala suerte no se esperaba con lo que encontraría esa mañana.

Inglaterra se quedó mudo ante lo que presenciaba, sus compañeros de trabajo se acercaban a él pero no tenían el valor de pronunciar alguna palabra hasta que llegó Alemania.
-lo lamento tanto- dijo serio el pelinegro
-¿Cómo fue que sucedió? ¿Por qué llegó tan temprano?- dijo el inglés con la voz quebrada
-no tengo sertesa si le soy honesto, pero investigare por usted- pronunció Alemania
-...- lágrimas caían del rostro del padre, en sus pensamientos no tenía ni idea de como decirle a su esposa y su otro hijo lo que había pasado esa mañana.
Alemania coloco su mano en el hombro de Inglaterra
-tomese unos días- dijo para después darle unas palmaditas y retirarse.

México estaba destrozada en su habitación, el español la veía por el espacio de la puerta que estaba media abierta, con dudas el padre entro a la habitación y se sento al lado de la chica.
Hubo un silencio hasta que España decidió hablar
-hija mia... Lo lamento tanto, leí tu carta y realmente me asusté, porfavor te pido que no vuelvas a hacer algo así- dijo con un tono calmado el bicolor
No hubo respuesta por parte de México.
La habitación se quedó en un frío silencio, España se levantó para retirarse del lugar pero algo lo detuvo.
-no me quiero casar con Yugoslavia papá- dijo la chica en un murmullo.
-Mexico... Ya no tenemos más opción, procura que Yugoslavia nunca sepa que te querías ir con otro hombre- dijo con un tono preocupado y algo cansado
-no era cualquier hombre...- dijo molesta la chica
España quedó en silencio.

El Fantasma enamorado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora