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Ya era de día, mediodía para ser claros, y Quiana seguía durmiendo plácidamente.

Hasta que la despertó un ruido que provenía de la ventana, se levantó un poco perezosa y abrió la ventana.

Luzbel: por qué no me dijiste que hoy tendrías una cita con Amenadiel?! -dijo entrando por la ventana-.

Quiana: buenos días a ti también Luz -dijo refregándose los ojos-.

Luzbel: buenos días?! Son las 12:30!

Quiana: QUE?!

Revisó su reloj y si, ya era muy tarde.

Quiana: ay no, mis labores.. -dijo poniendo una mano en su rostro-.

Luzbel: tus labores como el ángel del otoño pueden esperar, ahora dime a donde irás con Amenadiel? -dijo con una sonrisa pícara-.

Quiana: jaja no me mires así, todavía no tengo idea, pero.. no sé, no me siento lista para que él entre a mi corazón

Luzbel: no digas tonterías Quiana, llevas conociéndolo casi 6.000 años, solo temes que algo salga mal, pero tranquila, créeme que el amor es algo muy hermoso.

Quiana: ¿como lo sabes? Nunca te e visto enamorado de alguien

Luzbel: eso es cierto, pero a mi ya me llegará alguien, solo hay que esperar, pero tú quieres mucho a Amenadiel no?

Quiana: -suspira-. Si, lo quiero demasiado

Luzbel: vez? Ahí esta! ¿Y te sientes mal al quererlo?

Quiana: mmm no, me siento completa cuando él está cerca de mi.

Luzbel: genial! Punto para mi, ahora vete a bañar, te pones algo bonito, comes algo y nos vamos, te ayudaré con tus labores.

Quiana: esta bien -dijo soltando un bostezo-.

Media hora después, ambos ya estaban volando hacia el sector de las labores de Quiana. Era un lugar muy lindo, era como si el tiempo no pasara por ahí, era un otoño eterno.

Quiana: oh no, no, no, no los otros ángeles se están apoderando de mi territorio! -dijo tocando la tierra-.

Luzbel: y.. eso es malo? -dijo un poco confundido-.

Quiana: claro que lo es! Mira, yo soy el Ángel del otoño y compito con los otros ángeles de las estaciones por esta parte del cielo, invierno, verano y primavera ahg.. siempre tengo que mantenerlos a raya porque sus dones se pasan y afectan mi zona, una vez uno de mis animales favoritos casi desaparece por culpa de Ismael el ángel del invierno.

Luzbel: oh... bueno pero ellos también deben entender que hay mucho lugar por donde pueden expandir las estaciones.

Quiana: ellos tienen tanto poder y poco cerebro que es difícil que entiendan, papá no viene casi nunca por aquí, Uriel, Jofiel y Rafael deberían de supervisar pero también se olvidan de este lugar, asi que yo me encargo de casi todo.

Luzbel: papá tiene que saber esto no crees?

Quiana: lo sé, pero prefiero encargarme de esto yo sola, asi que te pido por favor, que no le menciones nada, si?

Luzbel: esta bien, pero con una condición

Quiana: cuál?

Luzbel: que me dejes entrenar aquí con la espada sagrada de mamá.

Quiana: esta bien, pero estarás bajo mi supervisión, no quiero que por accidente hagas desaparecer a mis animales con la espada, entendido?

Luzbel: estaré bajo supervisión por mi hermana menor?

La hermana de LuciferDonde viven las historias. Descúbrelo ahora