➳ Capitulo 11 - Andrias

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¿Alguna vez has hecho una travesura cuando eras
pequeño? ¿Has recibido esa dura expresión de enojo de tu padre? Bueno, Andrias la tenía justo
ahora. Y lo peor era que Marcy no entendía
porque..

O quizá si, quizá no era bien visto que la futura Alpha se viera jugueteando con otra chica en el jardín delantero de la casa. Pero Lauren no era
cualquier chica, ella era su Luna.

Mantenía los brazos cruzados fuertemente contra
su pecho, y su mirada paso a Anne, quien dio un
paso detrás de su mate avergonzada.

-¡Marcy!

Era la pequeña Olivia, quien se lanzo emocionada a rodear la cintura de su hermana mayor en un fuerte abrazo. Marcy sonrió entusiasmada por volver a tener a Olivia en casa: ella se encargaba de mantener a todo el mundo ocupado. Pero su padre nunca le tomo mucha importancia por ser Omega, lo cual significaba que nunca podría transformarse. A Sinuhe eso no le importo, ella cuidaba a sus dos hijas por igual. Pero Andrias esperaba un varón Alpha, y su Luna le dio a Marcy: quien termino teniendo la misma sangre de su padre.

¿Como podía su segunda hija haber nacido Omega? Sinu fue una de las hijas menores de un Alpha en otra manada, y eso solo daba mas probabilidades de que Olivia Wu naciera con esa sangre. Incluso Andrias llego a dudar si en verdad era hija suya, he inculpo a Sinu de haberse revolcado con un macho de la manada.

Pero no fue así.

Sin embargo, Sinu jamás olvido esa acusación. Y el rencor seguía ahí..

-Hola Oliv, ¿te divertiste? -preguntó Marcy, con una radiante sonrisa.

-Todo fue muy aburrido Mar mar, te extrañe mucho -se quejo haciendo un puchero-. Si nos hubieras acompañado, si me habría divertido.

Marcy rió entretenida, acariciando el cabello de su hermana con cariño.

-Ven aquí Marcy -la imponente voz del Alpha
interrumpió la interacción de ambas chicas, el hombre se dirigía hacia la casa sin esperar a su hija.

Sinu se acerco a Marcy, dejó un cálido beso en su frente y le sonrió a modo de disculpa. El comportamiento de Andrias había sido una mierda estos últimos meses.

-Oye Oliv, te quiero presentar a alguien -se
dirigió a la pequeña cuando su madre se marcho.

Anne se acerco un tanto nerviosa, y se puso de cuclillas frente a la niña que la miraba expectante. La pequeña pareció percibir que la chica no tenía el habitual aroma de un Licántropo, y eso la lleno de curiosidad.

-¿Es humana? -le pregunto a la pelinegra, quien asintió con una sonrisa orgullosa de su avance en el olfato.

-Es mi mate -explicó detenidamente, y Olivia abrió la boca con asombro-. Su nombre es Anne.

-Mucho gusto Olivia -saludó Anne, su voz haciéndose más dulce.

Extendió su mano hacia la pequeña, quien rechazo el gesto y se encargo de darle un fuerte abrazo por el cuello.

-Tiende a ser muy afectiva... -contó Marcy, esperando que Anne no lo tomará a mal.

-Creo que puedo acostumbrarme.

Aunque suene absurdo, el corazón de Marcy se acelero con esas palabras. ¿Eso significa que pensaba quedarse?

-No me contaste que tenias una hermana...

replico Anne, separándose de Olivia y volviendo a
su postura habitual.

-Nunca lo preguntaste -contesto con un encogimiento de hombros-. ¿Tu tienes hermanos?

En el momento en que la pregunta salió de sus labios, deseo nunca haberla dicho. Un fuerte de ola
de sentimientos la embargaron: Tristeza, melancolía, odio, rencor. Parecía vivir a carne propia sus emociones en ese momento.

Las emociones de Anne.

-Si, tengo uno.

Pero ni siquiera Marcy quería seguir con ese tema,
pues sabía cuanto le dolía a su mate.

-Debo hablar con mi padre -explicó en un susurro, y miro a su hermana-. Oye Oliv, ¿que tal si llevas a Anne a tu habitación y le enseñas nuestra colección de mariposas?

A la pequeña le brillaron los ojos, y con un
exagerado entusiasmo tiro de la mano de Anne
para adentrarla en la casa.

-¡Ven Anne! ¡Debes ver mi habitación!

La humana seguía con pasos torpes a Olivia, y al cruzar la puerta dirigió su mirada a Marcy: quien
mantenía la mirada perdida en un punto fijo al frente, con el dedo indice entre sus dientes.

-¿Te encuentras bien?

La voz de Anne hizo que se sobresaltara un poco,
volviendo a la realidad. La chica sonaba preocupada, y la comisura de sus labios se levantaron en una media sonrisa.

-Por supuesto, diviértanse. En un segundo vuelvo -y subió las escaleras, hacia la oficina del Alpha.

-¡Vamos Anne! -insistió Olivia, quien en ningún momento dejo de tirar de la mano la chica.

La habitación de la Omega se encontraba en el
primer piso, la puerta era de madera con un tallado
de flores. En el momento en que Olivia se encargo
de abrirla, la cazadora se quedo boquiabierta.

¿Esto era su colección de mariposas?

*

-¡ELLA NO SERÁ TU LUNA!

Los gritos que propinaba el Alpha apenas y inmutaban a Marcy, a pesar de su temperamento
ella sabia controlarse más que el mismo Andrias.

-¡Te exijo que la rechaces ahora mismo! -vociferó tomándola por los brazos con fuerza, apretando con rabia sus colmillos-. Dejarás esta manada sin descendiente, y como futura Alpha debes ver por el bien de todos. No por tu beneficio. ¡Deja de ser tan egoísta y rechaza a esa chica!

Padre e hija se miraban fijamente, ninguno dispuesto a dar a torcer el brazo. Marcy siempre hizo lo que Andrias le ordenaba, desde pequeña y hasta la fecha. Le cumplió cada orden y capricho. Lo perseguía como un cachorrito siguiendo a su amo.

-No.

Pero ya no estaba dispuesta a seguir permitiéndole
pasar sobre ella. Porque si de algo estaba segura, era que después de que ella se convirtiera en la nueva Alpha, su padre planeaba seguir controlándola, y con ello el liderazgo de la manada.

El enojo de Andrias y su furia, lo llevaron a que destruyera la mitad de su oficina. Cristales de espejos rotos yacían en el suelo, junto con trozos de jarrones partidos en pedazos y miles de objetos que
arroió de las estanterías.

-¡¿Cómo te atreves a desobedecerme?! iSOY
EL ALPHA!

-¡Ella es mi mate! ¡La Diosa Luna lo quiso
así y así se quedará! -respondió la pelinegra,
haciendo frente a su padre-. ¿Qué vas a hacer? ¿Vas a desterrar a tu propia hija por no obedecerte en tu capricho?

Andrias tomaba grandes bocanadas de aire, manteniendo a su lobo dentro de él.

-¿Qué dirán todos del gran Alpha de Dark
Moon? ¿Eh?

Había dado justo en el clavo, y esta vez el hombre no la dejó decir ningún comentario más.

Garras.

Grandes y afiladas.

El gritó de Marcy alertó a Sinu, quien se encontraba en la habitación cercana.

Al abrir la puerta de la oficina de su mate, encontró
a su hija en el suelo: con el brazo ensangrentado. Pues Andrias le había dado un profundo zarpazo.

Luna | marcanneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora