El Deseo De Amar Para Siempre | Lumity

Capítulo 18

Amity Blight

—Tal vez yo deba respetarme y no rogarte más... —Un agudo canto acompañado de un fuerte coro me hicieron salir de un salto de la comodidad de mis sábanas

—¿Que cara...? —Murmuré somnolienta aún sin poder abrir los ojos por culpa del cansancio.

—Tal vez deba dejar... Con toda dignidad... ¡Que vivan su romance en paaaaaz! —Una voz diferente pero conocida se hizo escuchar. Estaban hablando en español, así que ni la más mínima idea que están diciendo; pero para que sus cantos se oigan desde el piso de arriba debían estar cantado bastante alto y con la música exageradamente alta.

Miré mi despertador y este marcaba las 06:50am. Suspiré y me levanté a regañadientes de mi suave y cómoda cama, hoy ya era lunes y debía asistir a mis odiosas clases.
(Sentimiento muy amor-odio de mi parte. ¿No?)

—¿Quien diablos está cantando a las siete de la mañana? —Comenté de mal humor cuando estaba caminando hacia el cuarto de baño. Habían arruinado mi sueño en la mejor parte...

Entré al cuarto para enjuagarme la cara, darme una ducha rápida y lavarme bien los dientes. Para poder comenzar el día con buena higiene, una nunca sabe que puede pasar en un día cualquiera.

«Sí, me lavo la cara antes de bañarme ¿Y qué? »

Tardé aproximadamente unos diez minutos en bañarme y en todo ese tiempo tuve que oír música en español. Mientras me lavaba los dientes lo único que se oía era:

"Por eso vete, olvida mi nombre mi cara mi casa y pega la vuelta"

Probablemente mi abuela se levantó a limpiar y quiere que todos estemos activos desde temprano.

Ay abue... Si no me hubieras despertado estaría por dar mi primer beso aunque sea en sueños.
Salí de mi habitación ya cambiada con mi uniforme de Hexide y con el peor humor del mundo, aún tenía ganas de seguir durmiendo y probablemente mis ojos aún tengan lagañas a pesar de haberme bañado hace menos de treinta minutos.

Cuando llegué a la cocina, lugar de donde provenía el ruido; hice una mueca de desagrado al oír la música con un volumen exageradamente alto.

¿Por qué todas las cosas tontas suceden en la cocina?

Agradezco que no tengamos vecinos pegados a nuestra residencia, sino todos tendríamos problemas con aquellos.

—Repito, esa canción es genial. Debes oírla —Gritaba Emira mientras lavaba los platos de la noche anterior

—Ya la oí, no me gusta ese estilo... —Mi abuela se encogió de hombros mientras barría —¿No te parece que es un poco rara?

—Es la nueva onda abue —Emira rio mientras que mi abuela se limitó a mirarla con una ceja levantada en forma de interrogación.

—Cuando tenía casi tu edad o más grande tal vez, la verdadera onda era Elvis. Eso era onda de verdad —Miró hacia arriba con nostalgia —Que tiempos... —Emira la miraba con una mueca y yo tuve que carraspear para llamar su atención al notar que ninguna de ellas se había percatado de mi presencia.

—Oh, hola cariño. Buenos días —Mi abuela fue la primera en notarme, así que se acercó a mi para darme su típico abrazo de buenos días.

—Buenos días, abuela —Saludé a la misma vez que correspondía al abrazo —¿Se puede saber por qué están oyendo música a estas horas de la mañana? —Hice una mueca al recordar la razón de mi mal humor

—La abuela leyó en una de sus revistas que si una persona empieza su día oyendo música y limpiando su hogar, habrá mejores vibras en el aire —Explicó mi hermana mientras movía sus caderas y hombros al compás de la música mientras aún tenía sus manos en el lavabo