✨Capítulo 4✨

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Luego de la primera canción, varias parejas se sumaron al baile rodeando a Mew y Gulf, que ya bailaban armoniosamente y con mayor soltura. 

Durante la siguiente melodía ambos chicos no conversaron mucho, solo era Mew dando indicaciones a Gulf para moverse de un lado a otro por todo el salón, intentando así evadir algunos ojos curiosos y envidiosos. Finalizando la pieza, ambos sonreían al ver que se movían en total sincronía y muy cómodos, como si ya hubieran bailado juntos mil veces.

El joven doncel sin darse cuenta ya había bailado más de tres piezas entre los brazos del apuesto y caballeroso príncipe, siendo la envidia de muchos jóvenes que acudieron al baile con el deseo de que el futuro monarca les aceptara un baile, ya que así había una gran posibilidad de que el príncipe se interesara en ellos.

Al llegar el momento de una canción en la que se hacían cambios de pareja, el príncipe decidió retirarse junto con su acompañante de la pista de baile, ya que no quería que alguien que no fuera Gulf, bailara con él y que nadie más intentara cortejar al bello doncel. 

—¿Quieres ir al jardín de nuevo?— dijo al notar que todos los ojos estaban puestos en ellos, era lo que menos le gustaba, no le importaba ser el centro de atención, pero quería conversar más con el pelinegro en privado, sin que alguien más intentara acercarse a ambos.

—Sí, la luna está realmente bella hoy.

—Opino lo mismo de la persona con la que estoy bailando.—otro piropo que hizo que las mejillas de Gulf se tornaran rojas.

—Mew...— iba a quejarse por hacerlo sonrojar constantemente pero fue interrumpido.

—Ven, conozco un atajo que nos llevará a la parte central del jardín.— dijo en cuanto comenzó la siguiente música. Ambos se fueron tomados de la mano ignorando todo a su alrededor.


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—¿A dónde va ahora este hijo mío?— el rey quería vigilar de cerca a su hijo para que este cumpla su promesa de elegir una esposa o esposo al tercer día. Ya habían pasado más de tres años y el joven príncipe no había encontrado alguien con quien casarse por buscar a la "persona ideal", aquella que Mew escuchaba en las historias que su madre le relataba cuando era pequeño. Si bien había crecido y ya era todo un hombre, dentro de su corazón guardaba la esperanza de que se cumpliera esa frase que le decía su madre al finalizar su cuento favorito.

1. Un traje para GulfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora