✨Capítulo 12✨

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Al día siguiente en palacio, muy temprano en la mañana, Mew esperaba la llegada de sus padres.

—Buenos días, padre, bienvenido ¿Cómo estuvo el viaje?

—Algo cansado, fueron casi diez horas de viaje, agradezco a los dioses tener los caballos más rápidos de toda la región.— dejando de lado su amable sonrisa, adoptó un rostro más serio.— Hablaremos luego de lo que se dijo durante la reunión.— Mew asintió notando que se trataba de un tema complicado.

—Hijo. —llamó su madre que conforme avanzaba hacia él abría sus brazos para rodearlo.

—Madre, es bueno tenerlos a ambos de nuevo en palacio.—Mew abrazó a su madre, reconfortándose en ese amor genuino.

—¿Cómo te fue ayer? Gulf no estará enfadado por nuestra ausencia ¿Cierto?—Preguntó la reina Urassaya.

—Para nada, mi girasol está muy agradecido por sus regalos y hoy lo traeré a palacio, como prometí.— respondió con ilusión.

—Perfecto, mandaré a los cocineros a hacer el mejor banquete de todos los tiempos, mi lindo yerno estará orgulloso de nosotros.— expresó el rey Nadech con alegría.

—Oh, por supuesto que sí, solo no sea tan exagerado, por favor, no quiero que lo incomoden.

—¿Exagerado? Estamos hablando del futuro rey de Bangkok, tu consorte y padre de tus hijos, Mew. Mi yerno, tu girasol, el bello doncel del baile.— exclamó con cierta retórica, cualidad que lo caracterizaba.

—Les confieso que mi girasol es bastante modesto, casi se salen sus bonitos ojos de lo sorprendido que estaba al ver los regalos de los reyes, en cambio su madrastra parecía querer llevárselo todo.

—Hijo, es normal esa reacción en ambos casos, quizás la mujer nunca había visto esas cosas y... Qué sé yo...—Su madre dejó de defender su postura al no tener alguna justificación para la acción de la madrastra de Gulf.

—Madre, esa mujer no me parece confiable. Su aura es oscura y sus hijos... Solo el menor parece entender que estoy por casarme.

—¡Oh, dioses! ¿tanto así?

—Si no hay inconveniente preferiría que Gulf ocupara una de las habitaciones de huéspedes.— Mew volvió a su rostro preocupado.

—Por supuesto, hijo, confiamos en que mantendrás distancia hasta el matrimonio.—Respondió el rey y la reina asintió.

—Así será.— sería difícil pero no imposible, esperaba que su girasol lo ayudara con eso.

—Iré a ordenar que preparen todo, un banquete muy variado para agasajarlo.— expresó el rey con emoción mientras iba rápidamente a la cocina de palacio.

—¿Mew, estás bien?— Preguntó la reina al notar preocupado a su hijo.

—No lo sé... Desde ayer siento que algo malo va a pasar... Ya sabes cómo soy, mamá.— Mew desde pequeño parecía tener presentimientos sobre la gente que le rodeaba, era muy intuitivo y normalmente su intuición no fallaba.

—Tal vez debas ir a relajarte un rato, ve a pasear por el pueblo, pero no te separes de Tul, solo por seguridad.

—¿Hay algo que deba saber?

— Una guerra en el reino de Chiang Mai está por comenzar, están tan cerca y tengo miedo de que las consecuencias de la guerra lleguen hasta aquí.

—¿El rey Phiravich ha causado un problema?

—Es el legítimo heredero al trono quien ha reunido a varios reinos que antes tenían trato con Chiang Mai, incluso Pagan y Ayutthaya se han levantado en contra de Phiravich.

1. Un traje para GulfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora