Donde Harry Potter lleva divorciado
un tiempo y ha llevado una vida
solitaria pero tiempo después se
enamora de una carismática chica.
o
Donde Eileen Armstrong
comienza a desarrollar
fuertes sentimientos por su jefe
pero tiene miedo a enamorars...
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Salir con Harry resultó algo más complicado para Eileen de lo que había imaginado al principio. La chica se dio cuenta de eso conforme pasaba el tiempo. Harry no era sólo para ella y quisiera o no, lo debía compartir.
Primero estaban sus hijos, claro que con ellos no tenía ningún problema pues ella misma pasaba muchísimo tiempo con los niños Potter hasta tal punto que habían creado un fuerte vínculo. Esos niños aman a Eileen y aman que le haga tanto bien a su padre. Los cinco pasaban días maravillosos, a veces salían o simplemente se quedaban en casa. Incluso habían días en que los niños olvidaban que estaban para visitar a su padre pues permanecían junto a Eileen preparando deliciosos postres de todos los sabores que podrían imaginar.
Pero en el trabajo, muchas personas necesitan la ayuda de Harry y Eileen no siempre podía permanecer a su lado. Ya sea en las misiones o incluso cuando el hombre debía salir del país durante muchos días, siempre había alguien que necesitaba la presencia de Harry por distintos asuntos. Incluso cuando regresaba de sus viajes, tenía asuntos pendientes por resolver.
Eileen debía saber desde el principio que esto le esperaba. Incluso soportaba tenerlo lejos a causa del trabajo pero lo que estaba colmando su paciencia eran dos cosas y tarde o temprano, alguna sería la gota que derramaría el vaso.
Primero estaban los medios, que constantemente acosaban al hombre por absolutamente todo. Eileen había detectado que eran específicamente dos periodistas los que los seguían en sus días libres o incluso se colaban en el ministerio. Ya tenían fotos de esos dos para prohibirles la entrada al departamento de aurores.
El segundo, eran las fans locas de Harry. Pero "locas" en el mal sentido de la palabra. Había algunas que eran muy agradables y simplemente lo saludaban casualmente por la calle o le entregaban un bonito regalo, pero había otras que simplemente eran muy... aterradoras y alejaban a Eileen de Harry.
Harry controlaba estas situaciones la mayoría de las veces, pero incluso él terminaba aturdido y agotado al final del día y lo único que quería era regresar a casa y acurrucarse junto a Eileen en su cama compartida. Él realmente se esforzaba por su relación pues temía que sucediera lo mismo que con Ginny. Claro que... Eileen no era Ginny en lo absoluto.
Desde lo que ocurrió en el cumpleaños de Harry, Eileen y la pelirroja no habían vuelto a cruzar si quiera miradas. Harry iba por sus hijos solo y los llevaba de regreso evitando que Ginny pusiera un sólo pie en la casa. Habían dejado a los niños fuera de todo ese asunto. Afortunadamente, Ginny no les había dicho nada respecto a que se alejaran de Eileen o algo por el estilo.
Pero la pelirroja sí sentía un fuerte dolor de estómago cada vez que la pequeña Lily llegaba muy emocionada a casa para contarle a su madre que Eileen le había hecho un peinado muy bonito, era aún peor cuando la niña le pedía que la peinara igual. Pero Ginny no necesitaba ganarse más odio poniendo a los niños en contra de la nueva novia de Harry.
