Explicando el amor

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Segunda fase: el amor y sus derivados.


Y entonces volviste a abrazarme. El aire volvió a mis pulmones, la serenidad invadió cada parte de mi. Sentí las endorfinas adueñándose de mi mente.
Tus cálidos y fuertes brazos otra vez me rodeaban, y aquella maravillosa sensación era simplemente inefable.


Me pregunte miles de veces que era lo que me gustaba de ti.
Al principio me perdí en miles de razones.
Hasta que te observe con delicadeza.
Tu electrizante sonrisa causaba tormentas dentro de mi.
Tus desafiantes ojos posaban su mirada en mi causando que un leve color rojo se tiñera en mis mejillas.
Tu risa, Dios. Era increíble, contagiosa y divertida, amaba escucharla.
Tu melódica voz, cuando te acercabas a mi oído y susurrabas causando que toda mi piel se erizara.
¡Ese maldito efecto que solo tu causas en mi!
Esto fue lo que me enamoro de ti, que cada una de tus características vuelven loca mi alma
-
¿Quien diría que tus besos alterarán cada uno de mis sentidos?
El delicado y luego salvaje toque de tu boca junto a la mia.
Sentía como mi cuerpo se elevaba y veía constelaciones cuando me apretabas contra ti.
Cada ves que me tocabas, sabía que quería y podría quedarme ahí por siglos.


No sé si es amor.
Pero no es normal que cada vez que te me acerques mi corazón palpite tan fuerte que quiera salirse de mi pecho y mi boca arda en la necesidad de besar tus labios.

COSAS QUE SENTÍ PERO NUNCA TE DIJE. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora