PARTY | SPREEN ✓

14

Iván

Ramo de tulipanes -> listo.
Atado de puchos -> listo.
Reserva en el restaurante -> listo.

Ahora solo faltaba decirle, preguntarle si quería ir conmigo.

— Gracias por la cajita feliz, mi rey. Yo me voy yendo, prendo en una hora por ahí –Me saludó de un abrazó y se fué.

La iba a llamar.
Uno, dos tonos— Hola lindo, ¿Cómo estás? –Escuché del otro lado de la linea.

— Hola linda, bien, ¿Y vos?

— Bien bien, ¿A qué debo tu llamada, estimado caballero?

Reí— Bella dama, ¿La puedo invitar a una cita esta noche? ¿O quedo muy imprudente?

Ella rió— Oh, amable caballero, ¿Quiere que lleve galletitas a nuestra cita en su balcón?

— Dulce doncella, no es ese tipo de cita.

— Uh, ¿En mi balcón? Bancame que ordeno entonces –Soltó una risita, lo que me hizo sonreír.

— No, Maga, no te voy a decir. Es una sorpresa.

— ¿Cómo que no me vas a decir?

— No te voy a decir, pero estate lista a las nueve.

— Que gil, boludo, decime algo al menos, una pista.

— No sé, no sé –Reí.

— Te odio.

— Mentira.

— Si, mentira. Nos vemos.

— Te quiero.

— Yo más –Y colgó.

Sonreí como boludo y empecé a ver qué mierda me iba a poner.
¿Pintaba usar corbata?
No es tan elegante.
¿O si?
¿Qué se iba a poner ella?
Sea lo que sea, ella iba a estar hermosa.

Camisa blanca, pantalón negro y zapas negras.
Collar, anillos.
Agarré la cajita, Rodri me ayudo a elegir el regalo, el ramo, el atado.
Mi atado, encendedor, llaves, teléfono.
Nueve menos diez.
Bajé por el ascensor al estacionamiento, para buscar mi auto.
Minutos después estaba afuera de su casa tocando bocina.
Bajé del auto con el ramo, ella chilló de felicidad— ¡Qué hermosas! –Las agarró, admirandolas, luego me miró a mí con una sonrisa— Gracias, Iván –Me incliné para darle un pico.

— Estás hermosa.

— Vos estás hermoso –Negué con mi cabeza mientras le hacía dar una vuelta en el lugar.

— Vamos –Le dí un pico y abrí la puerta del copiloto para ella.

— Decime a dónde vamos o te tiro del auto, posta hablo –Dijo luego de que me subí.

Solté una risita— Qué impaciente, ahora vas a saber –Luego de un par de minutos, de preguntas insistentes de parte de Magalí y de que yo me ría de ella— Llegamos, ¿Qué te parece? –Me giré a mirarla, ella tenía una sonrisa en su rostro.

— ¿Como sabías?

— Tengo mis contactos.

— Fue Wawa, ¿No?

— Puede ser. Ahora entremos, me cago de hambre.

Agarré lo que me faltaba y salí del auto, ella ya estaba afuera.
Tenía la cara iluminada y los ojitos le brillaban.
Qué mujer.

Estiré mi mano para agarrar la suya, estabamos en la puerta— Hola, ¿Cómo estás? Tenía reservado.

Entramos y nos sentamos un tanto alejados de la gente, no quería que nada ni nadie me interrumpa en lo que estaba a punto de hacer.

— Es increíble todo esto Iván, gracias.

— No digas gracias –Decime que sí, estiré hacia ella una cajita y el atado de puchos.

Ahora a rezar.
Ella agarró ambos, rió al ver el atado y luego miró la cajita.
Un collar con mi inicial.
Yo tenía uno de ella.

— Siento por vos tantas cosas, Maga –Suspiré— Posta que nunca pensé sentir algo tan fuerte por alguien hasta que llegaste vos. Sos una de las personas más dulces y que más me ayudó inconscientemente con los mínimos problemas que yo tenía.
Me haces reír y, sobre todo, me haces muy feliz, por eso, te quería preguntar si... ¿Me dejas ser tu novio?

Ella sonrió y limpió la lágrima que había caído de su mejilla— Sí, Iván.

— ¿Sí?

— Sí.

No dudé en levantarme e ir a su lado, la quería besar. Me sentía eufórico, pero sobretodo feliz.
Feliz de tenerla a mi lado.
Agarré sus mejillas y la besé, sentí que mis mejillas se iban volviendo rojas y que mi pulso se aceleraba.
Sentía que mi corazón se iba a salir en cualquier momento de lugar.

— Te quiero, Maga.

— Yo a vos, lindo.