𝐋𝐀𝐁𝐈𝐎𝐒 𝐑𝐎𝐉𝐎𝐒; Steve Harrington ❥︎ Stranger Things

T3 | C8 - parte 2

— ¡Entren! —gritó Nancy.

Steve y Katherine subieron en la parte trasera, el monstruo los perseguía. Eleven, Mike y Max no estaban en el coche, ellos se habían quedado en el centro comercial.

 De pronto, la radio que Kate tenía en sus manos comenzó a transmitir.

- Dustybun ¿me copias? -preguntó una chica.

- Te copio, Suziepooh... -respondió Dustin del otro lado.

Steve y Katherine se miraron con sorpresa. Suzie era real. 

- Escucha, ¿sabes la constante de Planck? -preguntó él.

- ¿Sabes qué la tierra orbita al sol? 

- Ok. Se que comienza con dos seis, ¿cómo sigue?

- A ver si entiendo. No se nada de ti en una semana, ¿y ahora quieres una ecuación que tú deberías saber para salvar al mundo?

Hubo una pequeña discusión en el medio, pero de alguna manera, acabaron cantando ''Neverending Story'' y, después de que ella soltara finalmente el resto de los números de la constante de Planck, la transmisión se cortó.

— Esta dando la vuelta —avisó Steve.

— ¿Qué? —preguntó Robin, mirando con los ojos entrecerrados la boca de Steve. 

— Que vuelve al Starcourt —gritó Katherine, y Robin pasó su mirada a los labios de ella. Definitivamente no es que Steve tuviera más sangre, sino que se trataba del pinta labios rojo de Kate. Separó sus labios, un poco incrédula. Entre toda la persecución, tuvieron tiempo de besuquearse, ¡increíbles! 

— ¡Sujétense! —dijo Jonathan y dio la vuelta, ahora eran ellos los que lo perseguían.

La idea, por más tonta que sonara, era acabar al monstruo con fuegos artificiales. Disparándoselos. Quería asesinar a Eleven. Nuevamente se separaron en grupos, corriendo todos a diferentes partes del primer piso; Steve y Katherine se quedaron juntos en una de las esquinas.  

Comenzaron el ataque, y funcionaba, pero también estaban lastimando a Billy. 

Steve y Kate se habían quedado sin municiones, mientras que al resto solo le quedaban unas pocas. Steve tomó el radio del bolsillo de Kate, encendiéndolo. 

— ¡Dustin! ¡No hay más tiempo! —avisó.

Billy se levantó con fuerzas casi sobre humanas, pero no parecía seguir del lado contrario. Billy estaba peleando con el monstruo, hasta que éste sacó sus garras y se las clavó. Steve solo escuchó el grito de Katherine, y giró, estaba matándolo.  Los demás sujetaban a Max, que quería ir corriendo en rescate de Billy. 

— Max —murmuró Katherine e intentó correr hacia ella, pero Steve no la dejó. Era peligroso. El monstruo seguía ahí, vivo— ¡Dejame! —le gritó, peleando para zafarse del fuerte agarre de Steve, pero él negaba, sujetándola con más firmeza. Los gritos y el llanto de Max seguían escuchándose, no podía negar que él mismo quería bajar a abrazarla, pero tampoco podían arriesgarse. 

El monstruo comenzó a tambalearse, perdía sus fuerzas, lo que los hizo suponer que lo habían logrado. Cerraban el portal. Finalmente, cayó al suelo. Habían ganado.

Katherine empujó a Steve y corrió escaleras abajo, corrió hasta llegar a Max, arrodillándose en el suelo junto a ella, escondiéndola con mucha fuerza entre sus brazos, susurrándole cosas.

La guardia de los Estados Unidos apareció, tarde, como siempre. También llegaron bomberos y ambulancias. Todo el grupo salió del Starcourt, sus padres llegarían en cualquier momento y los paramédicos debían revisarlos. Katherine se había quedado junto a Lucas y Érica, cruzando miradas largas con Steve, al cuál le atendían los golpes de la cara. 

— Nosotros estamos bien... —comentó Lucas, señalando a Steve con sus ojos, indicándole que vaya por él. Erica hizo muecas de asco, simulando que vomitaba. Katherine apretó sus labios, formando una sonrisa entre ellos, caminando lentamente de espaldas, hasta que finalmente giró y apresuró sus pasos hasta llegar a él. 

— Hey —dijo tímido. 

— Holi —respondió igual, riéndose como tonta.  

— Hablaba en serio. Lo que dije... —afirmó, tragando saliva, exponiendo todos sus nervios. 

Katherine se mordió el labio inferior, acercándose a él, apoyando una mano en su mejilla morada, mirándolo a los ojos.

— Steve Harrington, nunca creí que pasaría, pero yo también —confesó y volvió a besarlo, con cuidado ya que estaba realmente herido. 

|TRES MESES DESPUÉS|

Robin y Steve estacionaron en la tienda de videojuegos, bajando casi corriendo del coche de Steve.

— ¿Pusiste a tu mamá como referencia?

— Si. ¿Por qué no? Es muy respetable.

— Eres un bobo —le dijo, y entraron. 

Entregarían sus currículos allí.

—... Y te aclaramos que no nos despidieron, el centro comercial se incendió, y murió mucha gente.

— Gracias por contarme, no lo sabía —dijo Keith, con ironía—. Tres películas favoritas, ya.

— Piso de soltero, La fortaleza escondida, Los niños del paraíso —respondió Robin.

Ambos miraron a Steve.

— Tú. Ya.

— ¿Películas favoritas?

— ¿No oíste?

— Colegio de animales...

— Mírame a mi, Harrington.

— Eeeh... Star Wars.

— ¿Episodio?

— ¿Eh?

— ¿Cuál Star Wars?

— La de los ositos, obvio. ¿No? —Robin negó— Oh y Grease. Esa sí es buena, la vi mil veces. Puedo cantarte la canción. Si, las tres mejores.

— Tú empiezas el lunes, tú nunca —dijo. 

Steve alzó las cejas y miró a Robin.

— ¿Nos darías un momento? —le preguntó. Steve fue a una de las góndolas susurrando cosas. Keith le hizo una burla—. Te explicaré algo, Keith. Su gusto es un poco banal, pero el bobo tiene otras cualidades. 

— Es un idiota con mayúsculas, Robin.

— Nos trató mal en la secundaria, no lo discuto, pero sigue siendo un imán de chicas.

— De acuerdo, ¿y eso que tiene que ver?

— Tierra a Keith. Las chicas entrarán solo para verlo a él. Vendrán en hordas. Vendimos tanto helado, y esas chicas si que eran sexis. Y Steve... —la campanilla de la tienda sonó. Katherine llegaba en el momento justo— Y Steve está muy ocupado con Katherine. 

La señaló. Kate se acercaba al cabizbajo Steve y le daba un beso corto en los labios.

— Y tú estarás ahí, Keith, disponible para todas ellas...

— ¿Y qué ganas tú? —le preguntó comiendo un snack, Robin solo hizo una mueca. Keith viró los ojos y asintió. 

Steve tenía el empleo.