𝚃 - 𝚄𝙽𝙾 | 𝙲 - 𝚂𝙴𝙸𝚂

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𝚃𝚑𝚎 𝙼𝚘𝚗𝚜𝚝𝚎𝚛

— Y se sentó ahí. ¡Toda la tarde! —se quejó mientras se cambiaba frente al espejo de su cómoda. Nathan, que estaba sentado al borde de la cama, se rio, tirándose hacia atrás.

— A veces creo que vive en otro mundo.

— No. Él cree que tiene a todo el mundo a sus pies porque es ''popular''. Agh. Vive en una secuela de Grease.

Nathan entrecerró sus ojos, divertido.

— A ti te gusta Grease... Es tu película favortia... ¿Eso quiere decir que...?

Kate giró de repente, con gracia, señalándolo con el dedo mientras decía:

— No es eso a lo que me refería. También podría haber puesto de ejemplo a —Nathan la interrumpió con una risa, agarrándola de la mano que utilizaba de señalador y tironeándola hacia él. Estando entre sus piernas, Nathan pasó sus manos a las caderas de Kate, mirándola hacia arriba con su sonrisa compradora y de dientes perfectos. Kate se inclinó y lo besó— ¿Crees que está enamorado de ella?

— ¿Por qué hablamos de Steve Harrington?

— Porque lo conocemos. Actúa extraño.

— Solo tú y mi puño lo conocen...

— Eras su amigo —comentó con una ceja en alto.

— Eso fue hace casi cuatro años... Teníamos 14. Antes de que se convirtiera en el Rey Steve —se burló.

— Y rompiera tu corazón —agregó ella, también burlándose.

El teléfono de la habitación de Kate sonó, interrumpiéndolos a mitad de un nuevo beso. Nathan bufó, haciéndole otros gestos para que no contestara. Pero Kate no había dejado de pensar en Jonathan y Nancy. Que Nathan estuviera ahí, ese día, no era más que una excusa para distraerse hasta que Nancy llamara. Dejó de sonar hasta que él decidió salir de arriba de Kate, hasta que la dejara moverse. Al instante, sonó de nuevo.

— ¿Hola? —atendió.

Sí era Nancy Wheeler. Finalmente habían llegado de aquella loca aventura que había emprendido con Jonathan Byers esa tarde. Sonaba muy nerviosa, alterada, aunque hablaba bajo. Remarcó que no podía contarle nada por teléfono, que era mejor hacerlo cara a cara, que fuera a su casa en cuanto pudiera. Esa misma noche.

— ¿Qué...?

— Era Nancy.

— ¡Tu amiga...! ¿Qué quería?

— Que vaya a su casa. Algo pasó... no sé si tendrá que ver con Barbara o Steve o... No sé. Sonaba alterada.

— Entonces... ¿te irás? —preguntó haciendo muecas con los ojos. Apretando los labios, Kate, asintió— ¿Necesitas que te de un aventón?

— Sería estupendo. ¡Eres estupendo!

Nathan le hizo burla mientras se levantaba los pantalones. Kate se miró al espejo de nuevo. También tenía que cambiarse y arreglarse un poco. No se pintaría los labios, creyó que Nancy estaba muy trastornada para eso. Necesitaba pensar que en serio se había apurado en llegar lo antes posible.

Cuando Kate llegó a casa de los Wheeler pudo ver un coche alejándose, le pareció sospechoso, y hasta un poco atemorizante. Tomó aire, caminando rápido hasta la puerta principal. La señora Wheeler fue quien respondió; la miró con un poco de confusión, pero una pequeña sonrisa se le formó en los labios.

— ¿Katherine? Hola...

— Hola, hola —contestó con evidentes nervios, besándole ambas mejillas. Carraspeó— ¿Está Nancy?

𝐋𝐀𝐁𝐈𝐎𝐒 𝐑𝐎𝐉𝐎𝐒; Steve Harrington ❥︎ Stranger ThingsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora