𝐋𝐀𝐁𝐈𝐎𝐒 𝐑𝐎𝐉𝐎𝐒; Steve Harrington ❥︎ Stranger Things

𝚃 - 𝚄𝙽𝙾 | 𝙲 - 𝚃𝚁𝙴𝚂

𝙷𝚘𝚕𝚕𝚢, 𝙹𝚘𝚕𝚕𝚢

Nancy caminaba cabizbaja por los pasillos de la escuela, sola, imaginando que todos la estaban mirando. Paranoica de que todos supieran lo que había hecho con Steve Harrington. Habiendo llegado a su casillero, escuchó unas risas que llamaron su atención. La risa de Kate. Levantó su cabeza, buscándola entre la gente, hasta que la encontró; estaba con Nathan Miller y su grupo. Cruzaron miradas, y la chica de los labios rojo le sonrió, dejando atrás la conversación que compartía para acercarse Nancy con una sonrisa que se hacía más ancha con cada paso.

— ¿Y bien? —preguntó agudo, con la nariz arrugada.

Nancy se rio, boba, mirando al suelo. Antes de que pudiera contarle algo, Steve llegó.

— Hola —le dijo coqueto, ignorando la existencia de Kate por completo.

— Hola —respondió tímidamente.

— ¿Cómo estás?

— Bien, bien... Siento que todos me observan —murmuró.

Steve hizo hacia atrás su cabeza, extrañado.

— Yo no conté nada. A nadie. Y no lo haré —afirmó dándole la seguridad que necesitaba.

Con su peor cara, Nathan Miller se acercó a ellos, llevándose a Kate de ahí sin siquiera detenerse por un segundo, pero sí lanzándole una burlona y amenazadora mirada a Steve mientras pasaba su brazo por encima del hombro de su chica. A Nathan le encantaba recordarle a Steve la vez que lo golpeó, y le gustaba dejarle en claro que estaba más que dispuesto a hacerlo nuevamente.

Nathan Miller no era el novio de Kate, pero sí era mucho más que su mejor amigo. Desde siempre habían estado y haciendo cosas juntos, pero nunca habían formalizado nada. A ninguno de los dos le interesaba hacerlo.

— Así que... ¿No solo no bastó con ser amiga de la Señorita Perfección que ahora también lo serás del Rey Steve? —se burló.

— Bueno, no podía juntarme para siempre con los drogadictos.

Nathan se llevó una mano al corazón, fingiendo dolor. La soltó al llegar al salón de biología, que era la clase a la que debía entrar Kate.

— Están saliendo. Steve y Nancy —comentó.

— ¡Qué sorpresa! —dijo irónico— Entonces, ¿vienes esta noche? Habrá películas y postre —agregó autoseñalándose.

Kate se rio, asintiendo.

— Ajá.

— ¿Ajá?

— ¿Nate, has visto a Barbara?

— ¿Barbara?

— La pelirroja. Siempre está con Nancy...

— Ni idea. ¿Por qué?

— ¿Ayer se te fue la luz?

— Si... estaba jugando videojuegos, perdí la partida y tuve que pagarle al imbécil de mi hermano. Pero fue un bajón, volvió al toque. Estas actuando raro...

— No es nada. Pasé por la puerta, es eso.

Nathan la observó con los ojos entrecerrados, con sospecha, abrió la boca, pero:

— Clifford, después de usted —habló el profesor, señalándole el salón—. Miller...

— Adiós.

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Cuando el último timbre del día sonó, Nancy no hizo otra cosa que buscar a Kate para preguntarle sobre Barbara. Asumía que estaría enojada con ella, pero le preocupaba no haberla visto en la escuela.