Cap 11: Decisión consciente

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Jiang Cheng pensó que deberían inmortalizar el rostro de Lan QiRen en marmol. Su expresión al ver a su sobrino regresar sano y salvo fue demasiado para olvidar. Dirigió una mirada sorprendida a Zewu-Jun y luego a Jiang Cheng que caminaba cerca con calma. Escoltado con seis discípulos de Yunmeng Jiang, trajeron al líder de la secta de Gusu Lan sin problemas.

Era la noche cuando atravesaron las puertas de Gusu Lan en medio de la conmoción tanto de sobrevivientes como de discípulos. Jiang Cheng miró con atención cómo estaban construyendo los daños que hubo en medio del ataque y a los que aún estaban heridos con sus extremidades vendadas. Habían sobrevivido y se sentía bien, no cómo cuando estuvieron en el asedio o participaron en la campaña para derribar el sol. Era una sensación indescriptible de explicar.

—XiChen —dijo Lan QiRen apenas lo tuvo cerca. Zewu-Jun hizo una ligera reverencia frente a él.

Shufu, lamento haberlo preocupado.

—Nada qué decir. Estoy complacido de que estés bien.

—Necesito hablar más tarde de algo importante —adelantó Lan XiChen con una sonrisa amable que, sin embargo, Lan QiRen supo leer muy bien.

—Lo haremos, a su debido momento. —El maestro Lan miró a Jiang Cheng y su comitiva y les ofreció una reverencia—. Jiang WanYin, gracias por todo.

Cuando fueron invitados al salón principal donde se estaban velando las pérdidas de la noche, el rostro de Lan Zhan se convirtió en una mezcla de sorpresa, pena y alegría. Lan XiChen le sonrió de lejos y le dio una reverencia a modo de saludo. Cómo estaban en los funerales, no tuvieron tiempo para más.

Jiang Cheng pensó en la larga conversación que Lan XiChen tendría que tener con su hermano, después de todo lo que sucedió. No quería estar allí, sin lugar a duda. Todavía sentía el peso de lo que se dijo y no se dijo, de sus gritos y el silencio de Wei Wuxian, que parecía la única forma en que podía comunicarse. Jiang Cheng gritando, Wei Wuxian bajando la mirada y callando. Tres palabras con las que se suponía que todo estaba resuelto.

Ya... ya te dejé ir. ¿Por qué sigues esperando en la puerta como esperando que te deje entrar de nuevo?

Se dirigió escoltado por un par de aprendices hasta la habitación donde Jin Ling aún estaba descansando. Pero apenas lo vio, sus poros se erizaron y quiso gritar al joven líder de secta al verlo con clavestillo, lastimado en su estómago y visiblemente mal herido.

—¡Jin Ling! ¿Cómo demonios permitiste quedar así? ¡Qué clase de líder de secta eres!

—¡Había como un ejército de malditos cadáveres encima de mí!

—¿Y tan patético peleaste que terminaste así de mal herido? ¡Qué demonios contigo!

—¿Y tú qué? ¡Casi te dejan sin costilla y ni siquiera peleaste contra ellos!

—¡Tú...!

Ambos resoplaron con fastidio y preocupación. Luego se miraron de reojo, como si estuvieran diciendose en miradas: «¿Estás bien? ¿Todo en orden? ¡No vuelvas a arriesgarte de esa manera!» Esa era su dinámica, no podía ser de otra manera.

En lo que se quemaban dos varas de incienso, Lan XiChen se presentó en la habitación donde Jin Ling descansaba, con Hada quieta a su lado, disfrutando caricias condescendientes del líder de secta Jiang. No pudo saber si Lan Xichen ya había conversado con su familia, ya había hablado de su decisión o no. Solo se veía bastante cansado.

—Líder de secta Jin, me alegra saber que estás mejor.

—Líder de secta Lan, siento lo mismo. ¿Se encuentra bien? ¿Ha quedado alguna...?

Xiongzhang, por favor, vuelve (MDZS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora