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¿Que había dicho?

Levanté una ceja en su dirección y lo mire extrañada. ¿Enserio me estaba preguntando eso? No veía a Cinco como el tipo de persona que te pregunta sobre tu vida sexual o tus amorios. Mejor dicho, veía a Cinco como una persona que le da igual la vida de los demás y que solo piensa en si mismo. ¿Qué le importaba a él esa clase de asuntos? Como sea, si esta jugando, se me dan muy bien los juegos.

—¿Ya hemos empezado con las preguntas prohibidas? ¿Tan pronto?— Pregunté y el solo sonrío mientras se encogía de hombros.

—Tienes que responder, son las reglas— movió la mano en un gesto para que le confesara mi vida sexual.

—Sinceramente no se porque te interesa— resople y cogí una manzana del cuenco frente a mi para luego darle una mordida — No, no soy virgen. 

Creo que se sorprendió o algo por el estilo, porque abrió mucho los ojos mirandome comer la manzana, yo seguía pensando mi siguiente pregunta para él, tenía que ser más fuerte que la suya, no iba a perder en esto.

—¿Posición favorita en el sexo? — pregunté ocultando una sonrisa cuando alzó una ceja en mi dirección y río un poco.

—No lo sé— respondió simple.

—¿Como que no lo sabes? — deje la manzana a un lado para mirarle a los ojos e intentar leer su expresión.— El misionero, el sesenta y nueve, los cuatro puntos, el congreso suspendido, la mariposa... No sé alguno tienes que tener.

—Me gusta tomar el control, creo que elegiré los cuatro puntos y el congreso.— respondió con una sonrisa en mi dirección. La verdad es que nunca pensé que podía hablar tan abiertamente de relaciones sexuales con alguna persona ajena a Siete.

—¿Eres sumisa en el sexo?— preguntó ahora él cuando estaba distraída con mi manzana, pero lo mire cuando formuló la pregunta.

—Mmm...—Me quedé pensando en todos mis momentos sexuales, siempre he pensado en ser la sumisa de alguien pero este mundo está lleno de miedosos que no se atrevían a dar el primer paso y yo lo hacía por ellos. —Creo que nunca he tenido la oportunidad de probar a ser sumisa para identificarme como una. Siempre he dado el primer paso en el sexo y siempre soy yo la que cambia de posición o la que anima a que vaya a más.

—Eso significa que tienes mala comunicación con los hombres.— Se río un poco mientras bebía de su vaso con agua. ¿Cuando se lo había puesto?

—Hombres, mujeres, transexuales, indefinidos, no binarios... De todo un poco.

Me miró sorprendido y con la boca ligeramente abierta. Creo que pensaba lo peor de mi, pero para saber mi sexualidad tenía que experimentar de todo ¿no?

—¿Eres pansexual?

—No y me tocaba preguntar.—Levantó las manos en señal de paz cuando noto mi tono molestó en la frase. —¿A que edad perdiste la virginidad y con quien?

Me miró durante unos segundos, vi en su expresión que estaba pensando en si decírmelo o callárselo. Yo solo lo mire esperando su respuesta, mientras me terminé la manzana y enceste en la basura al tirarla en ella.

—A los 14 años, con un maniquí, se llamaba Dolores — respondió con vergüenza y bajo un poco la mirada.

—Eso no es perder la virginidad, es como si te haces una paja con la mano.—Intenté bromear para que sintiera que me daba igual, como si se follara a un cactus. Después de unos segundos escuche su risa y vi como se tapaba la cara con su mano, podría jurar que tenía las mejillas ligeramente sonrojadas.

—¿Y tú?

—Si hablamos de masturbarnos la primera vez fue a los doce— me reí un poco — Perdí mi sagrado himen a los 13 años, no sé quien era el hombre, creo que ahora está en la cárcel o mis hermanos lo mataron, no me acuerdo muy bien.

Cinco abrió los ojos con sorpresa y me miro incrédulo, yo tampoco quería recordarlo pero sucedió en una misión que me asignaron solo a mi, el hombre me pillo por sorpresa y me inyecto algo para que me pararizara y solo pudiera sentir y llorar. Después de ese suceso empecé a relacionarme más con los adolescentes y ellos sabiendo que era una heroína se me tiraban todos encima. Sinceramente ya casi no me acuerdo de como sucedió, solo sé que después de eso solo tuve sexo y más sexo.

Cinco iba a decir algo pero escuché como Seis gritaba mi nombre a lo lejos, mi compañero de al lado también se dio cuenta ya que giró ligeramente la cabeza hacía la puerta. 

—Me tengo que ir, para nosotros el entrenamiento no ha terminado— Me levanté de la silla y caminé hacía la puerta de la cocina, antes de irme me gire para verlo — Ya hablaremos en otro momento.

Me despedí con una ligera sonrisa y me dirigí al patio trasero, en donde oía a todos esperandome. Camine suavemente hacía la puerta del patio y la abrí viendo como todos mis hermanos estaban discutiendo sobre algo y como los nuevos los miraban serios desde el otro expremo.

—Ocho— me giré hacía mi padre que me miraba serio — Hoy los Umbrella serán los expectadores de vuestro entrenamiento, espero compromiso de tu parte.

—Si, padre— incline un poco la cabeza en su dirección y el me respondió con el mismo movimiento. 

Por el rabillo del ojo pude ver a Diego mirar a padre enfadado o desilusionado, no podía saber que era exactamente, su interior estaba lleno de sentimientos que no tienen control. Cuando estaba a punto de leer su mente para intentar entenderlo, Five me tocó el hombro.

—Está mal leer la mente de los demás sin permiso— Lo miré algo confundida ¿Como lo sabía? Él tuvo que saber lo que pensaba porque me respondió —Tus ojos, recuerda que te delatan— y se alejó.

Me dí una bofetada mental al darme cuenta de mi error. Mis ojos cambian depende del poder que quiera emplear, en este caso se habrán empezado a volver grises para que Five venga a verme. Un silbato me hizo dejar mi mundo atrás y mirar a mi padre.

—El entrenamiento empieza ¡ya!

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Igual os parece corto pero tiene 1018 palabras y eso que no tenía ideas.

Espero lo hayáis disfrutado tanto como yo, besis.

NO ser un(a) lector(a) fantasma, thanks.

𝙏𝙝𝙚 𝙎𝙥𝙖𝙧𝙧𝙤𝙬 𝘼𝙘𝙖𝙙𝙚𝙢𝙮 [𝘊.𝘏]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora