Capítulo 19

56 10 17
                                    

Primero que nada, perdón porque creo que este capítulo me quedó más largo de lo normal, peeeeero también creo que les va a gustar, no lo sé. Me dicen en los comentarios del final si les gustó o no.


—Ten.

Le tiendo a Eric la daga pues estoy segura de que él la usará mejor que yo, además, él no cuenta con habilidades para poder defenderse de ellos, yo sí. Y si queremos vencerlos para irnos rápido necesitamos trabajar en equipo para poder ganar.

Ellos tienen la ventaja y estoy segura de que lo saben, estarán confiados, así que podemos actuar como si fuéramos débiles y aprovechar el momento en el que estén desprevenidos para poder actuar.

Me desplazo con cuidado a otra de las rocas que están por ahí, debo llamar la atención de esos sujetos y alejarlos de Eric en caso de que las cosas se pongan feas. Piso una rama a propósito y escucho el silbido de uno de los idiotas.

Segundos después, capto un par de botas de combate y mis ojos van subiendo hasta que se encuentran con un par de ojos color café. El chico me toma de la mano y me lleva a rastras hasta donde están sus otros tres compañeros.

—Pero mira nada más que bonita presa encontramos.

El chico lleva su mano a mi mejilla y le doy un manotazo para alejar su tacto, puedo estar fingiendo ser débil, pero no por eso dejaré que me pongan una mano encima.

—No me toques.

—Eh, calma bonita. No queremos hacerte daño, simplemente queremos saber qué haces aquí.

«Bonita mis...»

—Podría hacerles la misma pregunta a ustedes.

Me libero de su agarre y retrocedo un par de pasos para mantener distancia, me detengo cuando choco con el pecho de alguien y me toman de la cintura con fuerza para obligarme a dar media vuelta. Una horrenda sonrisa en el rostro con el que me topo me hace saber que no traman nada bueno.

Me sobresalto cuando escucho otra explosión proveniente del castillo y volteo para tratar de encontrar una manera de salir de aquí. Eric debe estar escondido en algún lugar, esperando a que yo ataque primero para poder salir a ayudar. Honestamente, no sé si lograremos salir de esta tan fácil, nos superan demasiado.

—¿Qué es lo que hacen aquí? —pregunto, debo sacar al menos un poco de información.

—Hay un par de cosas que queremos de ustedes.

—¿Qué tipo de cosas?

No tardo en comprender que el tipo que me obligó a dar la vuelta debe ser el líder de ellos, pues ninguno se ha movido o se ha atrevido a hablar desde que él tomó la palabra, de hecho, incluso tienen la mirada un poco gacha, negándose a mirarlo a los ojos.

—Un libro. Y supongo que tú podrías ayudarnos.

—¿Qué pasa si no lo hago?

El tipo ni siquiera lo piensa mucho cuando saca su espada y lleva el filo a la altura de mi cuello, dejándome en claro que mi decisión podría determinar si muero o continúo con vida.

—Creo que podrías hacerte una idea —murmura.

Creo que nunca, jamás, se me pasó por la cabeza que algún día estaría siendo amenazada por un tipo con una espada, en cuyo caso siempre creí que, si algún día llegaba a estar en riesgo, sería por una pistola. Pero esto, esto es mil veces peor porque encima, tienen habilidades que podrían acabar conmigo en un santiamén.

Princesa de FuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora