Capítulo 10

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Una vez se dispuso a contraatacar de enfrente a la secta Qishan Wen, cada una de las distinguidas y pequeñas sectas se unieron para formar una gran alianza con el propósito de erradicar la maleza que conforman los Wen.

Después de todo, nadie puede aguantar por demasiado tiempo las injusticias e incluso, los abusos de poder de quienes se creen mucho mejor y usan el poder que poseen de forma errónea.

La alianza que formaron las sectas tomó forma a gran medida, exterminando cada uno de los puestos de control establecidos en lugares tácticos. Proclamando que quienes apoyaran esta rebelión debían dar todo de sí y no ayudar sólo cuando les convenía.

Esto claramente era una indirecta para la secta Lanling Jin, que parecía no querer mover un dedo a favor ni en contra, esperando que alguno de los dos bandos mostrará señales de ventaja para involucrarse. Claramente no fue bien visto y hubo disputas sobre ello, le declararon que sí continuaba así, luego de la victoria, la secta Lanling Jin no tendría voz ni voto en el futuro.

Sin remedio, a el final, el líder de secta Jin se unió a la causa. Aunque, en el fondo de su corazón pensó que, si esta batalla terminaba con ellos derrotados, su forma de redmirse ante la secta Qishan Wen sería imposible.

Sectas aliadas, cultivadores unidos y con un plan en marcha, empezó la rebelión contra Qishan Wen.

Varios puestos de control y cultivadores Wen eran capturados y eliminados. Cada gran punto de poder era estratégicamente diluido y exterminado, dejándo grandes pérdidas para quienes en ese momento se encontraban siendo erradicados de su poder.

Para alivio del mundo cultivacional, cuentan con un gran respaldo de poder que les permite estar un paso adelante de Qishan Wen. De su lado tienen al Gran Patriarca Yílíng, una figura sumamente poderosa capaz de levantar a los muertos con solo usar el profundo y sepulcral sonido de su flauta, Chenqing.

Tener a este poderoso Omega de su lado es como haber ganado la guerra, incluso si su camino era errado y poco ortodoxo.

Es como ver a una flor erguirse por sí misma en medio de un vendaval.

Cada vez que había un contraataque en las diversas ciudades de los límites en Qishan, no haría falta el resplandor y sonido fluvial de las cuerdas del Guqin, tan purificadoras como arrasadoras en el campo de batalla.

Es un dúo de melodías, una amortiguadora y tétrica, otra fría y distante; ambas entonadas por dos espléndidas figuras.

Una de las grandes bajas para Qishan Wen fue cuando el distinguido y respetado líder de secta Nie, terminó con la vida del último hijo del líder de secta Wen, Wen Xu.

Incluso su cabeza fue colgada como demostración para la secta Wen y su cuerpo cortado en pedazos hasta llegar a ser molido. Todo ordenado y logrado por ChinFeng-Zun, Nie MingJue; un Alfa dominante, único en su generación y secta.

En la cima del estupor, por fin la batalla final llegó.

Cada cultivador y secta se reunió para derrotar al tirano de estos tiempos, Wen Ruohan, quién aún maniobrando un cultivo alto y poderoso no fue capaz de hacerle frente al mundo cultivacional y al mismísimo Yílíng LăoZǔ.

Siendo así que murió a manos de quién se había infiltrado bajo su mando durante bastante tiempo y que lo derrotó con un ataque por detrás.

Luego de haber infiltrado mapas con cada trazo de los terrenos de Qishan, dar información útil y servible para el mundo de la cultivación, el nombre de aquel cultivador fue reconocido.

Meng Yao, un beta que gracias a su colaboración recibió el título de LianFang-Zun.

Junto con él, también tuvo gran participación Zewu-Jun, que en compañía de un alterado y enfurecido ChinFeng-Zun, dieron fin a la maldad y perversidad que intentaba apoderarse y aprovecharse del mundo cultivacional.

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