Capítulo 12

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Yumeng. Dos meses después.

Cultivadores y civiles emprenden caminos nuevos en busca de zonas con un gran flujo de actividades, buscando ingresar a una secta de renombre.

Siendo así, que las distinguidas sectas y ciudades como Lanling, Yumeng, Gusu y Qinghe, eran las que más recibían flujo de cultivadores día a día.

En las calles, las personas fluían con rapidez, viniendo y yendo con ánimos elevados mientras cargaban sus espadas en sus cinturas, conversando en algarabía lo que podría suceder a futuro.

Entonces, repentinamente, las voces disminuyeron tácitamente al ver un porte digno y recto transitando por el final de la calle.

Un hombre pulcro y honorable, guapo, de túnicas blancas que llevaba una cinta en la frente, además de una espada y su cítara.

Las facciones del hombre eran de una gracia incomparable e inigualable, tan infinitamente perfecto y sin errores. Donde sea que mires, no encontrarás imperfección alguna; excluyendo, claro, la gelidez que lo rodea y su despego por lo mundano.

Lo más sorprendente de ver, es la silueta de menor estatura que lo acompaña. Una figura bella pero con gracia infantil, que se encontraba ingresando a la adolescencia. Sus túnicas están teñidas de color dorado y amarillo, bordados con una peonía en el centro.

La distancia con la que caminan ambas figuras es considerable y aceptable.

Los cultivadores presentes, solo se atrevieron a saludar con una leve inclinación de cabeza, otros más atrevidos le llamaron "HánGūang-Jūn"

Siendo su saludo devuelto cortesmente con una inclinación ligera del nombrado. Quien nunca detuvo su caminar lento y elegante, a lo que el resto tampoco se arriesgaron a seguir interviniendo.

Sin embargo, repentinamente, una joven muchacha se paró enfrente de él con una sonrisa, tirandole algo antes de marcharse rápidamente.

Lan WangJi, diestramente atrapó el objeto y, cuando lo observó con detención, encontró un capullo de flor blanca como la nieve.

Por su apariencia, era de saber que había sido recogida en el rocío de la mañana.

Sin esperarlo de nuevo, otra figura femenina hizo aparición, tirando esta vez una pequeña y azul flor celeste. Él, igualmente atrapó el nuevo obsequio.

—¡Woh! HánGūang-Jūn es realmente popular..

Habló después de tanto tiempo la baja y delgada figura que lo acompañaba.

Cuando estaba por darle una respuesta, apareció de nuevo una muchacha delgada de dos moños, que le tiró un puñado de flores de capullo rojo. Luego, como las demás, huyó inmediatamente.

Ante este pequeño escenario, el gentío no pudo evitar quedarse observando la escena mientras sonreían y reían silenciosamente.

Ver a un hombre bello, parado en la calle sin expresión alguna, llevando en sus brazos un puñado de flores, era algo poco de ver.

Lan WangJi estaba reflexionando ante este acontecimiento hasta que escuchó una voz conocida llamando por él.

—¡Lan-er~gege! Ah, no, ¡HánGūang-Jūn! ¡qué coincidencia encontrarnos!

Lan WangJi elevó su mirada para encontrarse con un pabellón cubierto de capas y capas de cortinas de gasa. Encontrando a un bello hombre vestido con una túnica negra, descansando sobre un diván rojo. Una de sus delgadas manos colgaba del barandal, sosteniendo una flor carmesí.

Al ver el rostro de Wei WuXian, varios cultivadores se sintieron incómodos y atraídos por la incomparable y sexy belleza que poseía. Habiendo escuchado rumores sobre el "extraño" lazo que aún unía al respetado HánGūang-Jūn y al omega Yílíng LăoZǔ, era de creencia que se había roto hace bastante tiempo, debido sus discusiones en la campaña para derribar el sol. Algunos incluso se encontraron desilusionados al enterarse que el Omega aún seguía en dicha relación.

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