Capitulo 9

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Las semana pasaron, y mi relacion con Laura era cada vez mes grande, hablamos todos los días, nos contábamos muchas cosas, y la conocía muy bien al igual que ella a mi. Claro omitía algunas cosas y esas cosas eran Rossana, no quería que nadie hablara o nombran su nombre en su boca, Miguel también se acerco muchísimo mas a nosotros y Laura le había pagado un tratamiento odontológico. Todas las mañana me la pasaba con Laura, ella me enseñaba muchísimas cosas sobre su cultura y su fé, mientras en las noches Rossana me escuchaba muy atenta sobre mis aventuras con Laura y así fue, el día con Laura y en la noche con Rossana, pasando dos meses.

Esta noche había invitado a comer a Laura en mi departamento, quería sorprenderla haciendo comida asiática. Si algo un poco ridículo, porque me imagino que debe estar cansada de comer esa comida, pero había consigo una receta muy buena por internet, y mis habilidades de chefs estaban mejorando cada día, no pude evitar poner un poco de música mientras cocinada, la melodía de la letra, me tenia atrapado, mientras yo seguía cocinando. El timbre empezó a sonar, sabia que era Laura, por que la comida estaba casi lista.

- Llegaste mas rápido de lo que esperaba - le dije mientras la dejaba entrar, iba hacer la primera vez que ella entraba en mi departamento - Ponte cómoda, en quince minutos esta lista la cena.

- Tienes un buen gusto para las canciones, yo también me se esa canción - tenia una sonrisa en sus labios y en las manos llevaba una botella de vino.

Ella se sentó en la silla del comedor, mientras yo empecé acomodar la mesa, Laura me seguía con la mirada, cada cosa que hacia ella observaba en silencio, su mirada con ojos rasgados era muy seductores, como su rostro, parecía una completa muñequita, con cualquier gesto de vergüenza su piel pálida se sonrojaba, al igual que una hermosa rosa roja. Cuando termine de servir la mesa, empezamos comer, sus ojos fueron de asombro al probar la comida, me llene de alegría porque le gusto lo que le había preparado, ambos sonreímos mientras ella seguía comiendo y disfrutando de la cena que yo hice. Debo de confesar que era la primera vez que cocinaba algo para alguien y mi seguridad en mi mismo volvió a aumentar, sintiéndome bien.

Ella se ofreció a lavar los platos, y yo empecé a recoger la cocina, hasta que ella rompió el silencio en ambos - ¿Desde cuando cocinas? Todo esta divino Daniel.

- Un año y seis meses llevo cocinando, eres la primera persona que prueba mi comida.

- Entonces soy muy afortunada, por que estaba todo muy divino.

Orgulloso de escuchar su palabras y sus halagos, no me da miedo admitir algo que solo estuvo en mis pensamientos - Estoy pensando en dejar mi trabajo y dedicarme a la cocina, no pensaba que me gustaría tanto.

-¿Puedo ser la mesera? - una sonrisa salió de mis labios al escucharla.

- Por supuesto... - mi corazón se detuvo cuando la vi acercarse a mi con esa mirada llena de deseos, sabia lo que ella quería, por que mi cuerpo temblaba y reaccionada también a su ida. Sin tardar mucho, cierra sus ojos y se pone en puntillas para besarme, Yo acepto su beso, mientras todo en mi interior empezó a sentir cosas que pensaba muertas. Fue un beso dulce, con mucha necesidad entre ambos, hasta sentí como tocaba mi meñique... me separo lentamente intentando cobrar el aliento y reaccionando ante lo que estaba pasando...

- Extraño anillos, es muy lindo - sus ojos se posaron en mi dedo. Mientras mi corazón seguía agitado, intentando controlar mis pensamientos, solo pude asentir y empecé acomodar las cosas de la cocina - eh... Daniel, disculpa si te incomode.

- No yo... tranquila.

- Que hermosa, es tu hermana esta mujer que tienes aquí.

Volteo como si mi vida dependiera de ello, veo Laura con la foto de Ross..ana. Empiezo a tener un ataque de ansiedad, ya a sido como cuatro días desde que no la veo y no me había dado cuenta, por que estaba tan inmerso en Laura, que... que... - vete por favor - digo en un hilo de voz.

- ¿Disculpa? - frunce el ceño.

- Necesito que te valla Laura - intento controlar mi voz como mi postura - Creo que estamos confundiendo las cosas, y no. Solo vete... tengo que encontrar a Rossana.

- No te entiendo Daniel.

Voy hasta la puerta y la abro de un golpe - por favor vete - Laura queda por unos segundo sorprendida y a la ves un poco disgustada por lo que noto en sus facciones. No me dijo nada y solo salió del apartamento.

En ese mismo instante me pongo la chaqueta y empiezo a buscarla, voy a todos los lugares conocido para ambos y donde estaría ella, no puedo llamar a ningún amigo o familiar de Rossana por que primero me dirían loco y segundo no les caigo muy bien como para que cojan mi llamada. Camino por unas tres largas horas, buscándola y llamándola como un loco, mi desesperación aumentaba, ella no se pudo a ver ido a esa maldita luz, no estoy listo para que me deje, y creo que jamás lo voy a estar. Fui al departamento, capas y volvió... pero si volvió voy a disculparme, y decirle que esto no va a volver a pasar, como pude haberla ignorado por cuatro días solo por Laura.

Entro en el departamento, busco por todo sus espacio, y ella no estaba... empezó a sentir como mis manos tiemblan sin control. Rossana, por favor Rossana, si me escuchas vuelve, vuelve otras vez... hare las cosas diferente te lo juro.

- ¿Por que estas asi? - levanto mi cabeza de mis manos, sintiendo que mi alma vuelve a mi cuerpo, volteo y la veo. Muy seria pero a la ves dulce, corro e intento abrazarla, pero es imposible poder tocarla.

- ¿Dónde mierda estabas? - le digo furioso, por haberme abandonado.

- Mi vida... yo pensé que necesitabas tu espacio.

-¡Mierda! cuando te pedí yo un espacio Rossana... nunca te lo e pedido.

Abre sus ojos - Baja le a tu tonada, que asi este muerta, tienes que respetarme Daniel - fui directo hasta donde estaba ella.

- No vuelvas hacer esa estupidez.

- Daniel, estabas muy tranquilo con esa chica, te vi emocionado, ¡dime para que me quieres aquí coño!

Pongo mis manos en mi boca intentando clamar mis nervios - que este tranquilo, no significa que este feliz Rossana, tu eres la que me hace feliz.

- ¡No lo sabes, si no me dejas ir!.

- Jamás te voy a dejar ir Rossana... la noche que apareciste me iba a matar para estar contigo. Es que acaso no lo ves, o eres ciega.

Se voltea en un intento que no la vea llorar, y eso me duele más- Ya basta Daniel, ya basta... piensas que no me duele no poder tocarte, poder besarte, o por lo menos sentirte - voltea a verme otra vez pero sus ojos estaba llenos de lagrimas - ¡No tienes ni una puta idea, por que tu eres un egoísta! ¡solo piensas en lo que tu sientes! pues te tengo noticias... no eres el único que le duele que yo este muerta.

- Es tu culpa que estés muerta, tu solita lo decidiste.

- Esto se acabo - sus labios esta levente fruncidos, y mi corazón se paralizo - No voy a volver.

- No te atrevas a dejarme... - ella se volteo sin decirme mas y traspasa la puerta, me quedo por unos segundo esperando a que vuelva, pero no lo hace. Salgo del apartamento para poder buscarla, poder hablar con ella y disculpar me por mis palabras, pero no la consigo - ¡Rossana! ¡Rossana! ¡Rossana! - empiezo a gritar por todo el edificio, me importa una mierda lo que piense de mi en este inmundo edificio, solo quiero que no me vuelva a dejar... Veo como los vecino me miran, como Miguel estaba pegado a la pierna de su mamá, mientras mi crisis aumenta y sigo llamándola.

- Daniel, que pasa - siento unas dulces manos tocando mi ante brazo, cuando veo los ojos de preocupación de Laura observándome, de un jalón me quito sus manos y voy directo a mi apartamento, puedo escuchar el murmullo de todos en el edificio... pues que les den a todos, malditos chismoso.

Esa noche no pude dormir. Esperaba que volviera, esperaba verla, pero asi pasaron los días y las noches, a la primera semana que no la volví a ver, agarre sus cosas y las queme por completo, si ella había decidido dejarme pues yo no quería nada de ella, no quería su ropa ni sus cosas... la segunda semana fue mas fuerte, mi corazón estaba tan destrozado que solo quería volver a tener sus cosas en mi casa, la quería a ella, Laura tocaba todos los días a mi puerta, pero yo no quería saber de nadie, mi barba estaba larga, ya no iba al trabajo y mis pensamientos era muy negativos, lo único que me mantenía a flote era Mr. Trance que tenia que alimentarlo y asear su arenero y los meses pasaron como mis ganas de seguir en este mundo...

Era un muerto en vida...

Mi querida RossanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora