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Música a alto volumen era lo único que se escuchaba y el fuerte olor a alcohol consumía sus fosas nasales.

La gente bailando, riendo y conversando era lo que se podía observar y él, estando solo en una esquina viendo como sus amigos se divertían celebrando a Perú.

Por avanzar su relación con el gringo.

Suspiro y volvió a mirar su celular por décima vez en la noche, ya habían pasado varias horas de haber llegado a aquel lugar.

- Porque no vienes con nosotros a disfrutar un rato?!

- No ves que estoy cuidando sus cosas acá?! Ve tu no más a tomar ñañito, usted disfrute de su chupa.

Pero pronto un grito los alertó, desviando la mirada hacia donde provino.

Lo único que alcanzaron a ver fue a un México vomitando en los zapatos de un Argentino

Perú y él solo intercambiaron miradas y asintieron con la cabeza, ya era hora de irse.

HilosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora