Se separó de Colombia, pasando el brazo del mencionado por sobre su cabeza y fue al baño del establecimiento en donde se encontraban.
Con el corazón a mil se apoyó en el lavamanos y con las manos temblando se hecho algo de agua en el rostro.
Eso fue impresionante, bello pero aterrador a la vez.
Debía de calmarse y lo sabía, respiro hondo y cerro los ojos mientras llevaba sus manos a su rostro.
Tenía que hacerlo, debía de ayudar a todo aquel que quisiera a encontrar a su alma gemela.
Más calmado y decidido, salió y fue nuevamente hacia su grupo de amigos, debía de ayudarlos antes de que muriese.
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- ¡Que divertido!
Sonrió agarrandole el brazo a Uruguay tratando de ver su hilo.
Este brillaba mucho más que el de Colombia y México, también se notaba que tenía más hilo.
Parecían ser metros y metros de un muy fino hilo.
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- ¡Si si! ¡Y nos disfrazarmos!
- ¡No! ¡Claro que no!
Entre risas tocó la espalda de Venezuela notando como su hilo era menos brillante, más grueso que el de Uruguay pero lleno de nudos.
Algunos muy enredados, con muchas vueltas y formas.
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Se levantó de la mesa igual que todos dirigiéndose fuera del local.
- Yo me voy con Argentina y Uruguay, que yo es que me voy por allá, no se preocupe por mi.
- !Si si! Colombia, no se preocupe que yo le cuido a su hermano.
El uruguayo río viendo la cara disgustada de Colombia mientras se despide para dirigirse al carro junto a Argentina y Venezuela.
Solo quedando en el estacionamiento Peru, Bolivia, México, Colombia y yo.
- ¿Y usted carajito? Que usted es uno de los que tiene la casa más lejos.
- ¿Ése no era México?
- Si pero es que hoy se queda a dormir en mi casa por lo mismo que le queda lejos, ¿usted también se quiere venir a dormir a la casa?
- ¡No no! ¡No te preocupes Coco! Perú me lleva, ¿no es así?
Con el hombro le doy un pequeño golpe en el brazo a Perú, este entendiendo y asintiendo rápidamente con la cabeza.
- !Si si! No te preocupes, yo lo llevo sano y salvo.
- Bueno, entonces esta hecho. !Chao!
México y Colombia se despidieron y yo no pude evitar sonreír.
En otras circunstancias hubiera aceptado, nada como dormir en la casa de tu hermano mayor y levantarse con un increíble aroma a café por la mañana pero tenía que dejarlos solos.
Capaz ellos avancen solos, simplemente teniendo algo de privacidad.
Después de todo, su hilo parecía ser fuerte y duradero.
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- ¿Por qué no quisiste ir con Colombia?
- Tengo cosas que hacer mañana.
- Pudiste decirle que te llevé hasta tu casa.
- Que no Perú, no quería y punto. Además, tu me debes un favor. Así me lo pagas de una vez.
Un quejido junto a un chasquido de lengua se escuchó por todo el carro.
- ¿Y no pudiste decirle otro día que no esté yo? Tu casa queda en el sentido contrario que la de nosotros.
Bolivia, quien está este momento estaba callado en el celula, se quejó.
- Lo siento por involucrarte pero me la debía.
- ¡Solo fueron flores! ¡Y ni siquiera me las diste! Fue solo un consejo que casi casi y me obligaste a hacer.
Perú indignado intervino.
- Chucha, ¡que pues! Ni más te doy un consejo de amor.