El tricolor suspiro, acomodándose en el sillón de su casa, mientras veía una película que pasaba teleamazonas a esa hora.
Después de ese descubrimiento junto a Japón, habían tratado de encontrar cualquier otro escrito que le ayude a "curarse", sin embargo, poco después termino completamente desilusionado.
Eran cosas que ya sabían, no era nada nuevo.
Y unos días después se resignó, si eso era lo que el universo, los dioses (o algo así parecido) quería para él, estaba dispuesto a aceptar el hecho de quedar ciego.
O en el peor de los casos morir.
Volvió a suspirar, hundiéndose más en el mueble y prestándole más atención a ese erizo azul hiperactivo con la voz de Luisito Comunica.
¿Quería morir o quedar ciego?
Por supuesto que no, pero la esperanza de encontrar una cura se iban poco a poco y el temor de que me quedara menos tiempo del que pensaba era palpable.
Porque en ninguno de los escritos, hablaba de un tiempo límite.