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- Creo que... Ya encontré algo.

Ecuador lo mira con una sonrisa, celebrando mientras se levantaba de su asiento.

Había estado una semana en la casa de Japón tras contarle lo que el veía, investigando en libros y recolectando relatos.

- Ya pues, dime!

- Pues, aquí menciona algo de una maldición con el hilo rojo, la gente que adquiere esta maldición está destinada a ver aquellos hilos que unen a la gente.

"Son aquellos que están destinados a ver el amar de aquellos a los que aman."

- Y tiene alguna cura?

- En estos relatos no menciona nada como una... Cura.

- Entonces que menciona?

- Pues que a los portadores de esta maldición los matan o... con el pasar del tiempo quedan ciegos.

El latino se sobresalta, abriendo sus ojos como platos, casi saliendo de sus órbitas.

- Ciegos?!

- Menciona que: "Tan grande es el aquel poder para aquel que no es amado que pronto sus retinas se tiñen y se funden."

"Los hilos se vuelven tan grandes que va a ser lo único que va a poder ver."

- Te quedarás ciego y lo único que vas a poder ver, serán los hilos.

HilosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora