4

54 10 0
                                    

-¡Ustedes vayan no más! Yo voy caminando, mi casa está cerca.

-Seguro?

- Sisi, ya tienen suficiente con un México inconsciente y un Argentina borracho y enojado.

- Bueno, si así lo dices.

El uruguayo, el cual era el único sin una gota de alcohol en su sistema ya que era el conductor designado, se acercó a Ecuador con el fin de despedirse, dándole unas pequeñas palmadas en la espalda.

- Cuídalos, el día de mañana les llevaré un poco de encebollado para que se les baje un poco el chuchaqui que tendrán mañana.

- Si, por favor - ríe el uruguayo, subiendo todos al auto-

El tricolor sonríe, cruzando la calle, haciéndole de la mano al Uruguayo.

Y de repente el tiempo se ralentizó.

Pestaño y vio hilos.

Hilos rojos en su mano, entre sus dedos, en sus brazos.

Sentía los finos sobre su cabeza cayendo hasta sus pies.

Y

Sintió el choque del auto que tenía frente en un golpe de realidad.

HilosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora