El encuentro

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Al acercarme más al bloque y verlos entrar, confirmé mi sospecha.
¡Eran los chicos de Il Volo!.
¡Los llevaba escuchando desde hace muchos años!.

No podía creer que esto realmente me estuviera pasando... Y encima estaban entrando a mi mismo bloque.

Me dispuse a entrar por la puerta de este y los vi charlando mientras esperaban el ascensor.
Ignazio se percató de mi presencia al acercarme un poco más hacia donde se encontraban ellos, así que abrí mi boca, pero no conseguí gesticular palabra alguna. Sólo me quedé paralizada viéndoles.

IGNAZIO: buenas noches -me saludó, haciendo que Gianluca y Piero se girasen a verme-.

REBECA: siento mi descaro... ¿Son ustedes los chicos de Il Volo?.

GIANLUCA: los mismos -dijo mientras terminé de acercarme a donde estaban-. Ciao bella, ¿come stai? -preguntó dándome dos besos-.

Saludé también con dos besos a los femas y Piero me miró confundido.

PIERO: ¿vives aquí? -me preguntó serio-.

REBECA: sí, me acabo de mudar al tercer piso -respondí un poco tímida-.

IGNAZIO: ¿cómo te llamas?.

REBECA: Rebeca.

PIERO: Rebeca, ¿eh?. Con que tú eres mi nueva vecina de enfrente -continuó apoyándose en el hombro de Gianluca-.

¿Cómo? Esto no podía ser verdad.

GIANLUCA: y, ¿de dónde eres bella?.

REBECA: de España.

IGNAZIO: entonces, ¿no conoces la ciudad aún?.

REBECA: no. Sólo he salido ahora a cenar.

PIERO: pues si quieres podríamos enseñarte la ciudad.

IGNAZIO: -se dirigió al brazo de Piero y empujándoselo dijo- Haber espera, ¿qué tienes acá? Babagagaba.

Los cuatro reímos ante esto esperamos para subirnos al ascensor.

GIANLUCA: ellos siempre son así -dijo refiriéndose a ellos de forma graciosa-.

Cuando llegamos arriba, se fueron ellos a la casa de Piero y yo me fui a la mía.

No me creía nada de esto.
¿De verdad iba a pasar los próximos tres meses siendo vecina de Piero Barone?.
Quizás esto no tenía ningún tipo de repercusión, al fin y al cabo ellos eran famosos y yo era una simple fan que viviría tres meses enfrente de él y luego me iría de vuelta a España.

Esto había sido solamente una simple casualidad.

NARRA PIERO:

Cuando nos metimos en mi casa, no parábamos de comentar lo que acababa de ocurrir.
La verdad es que la chica lucía muy hermosa.

GIANLUCA: ¿y ahora qué? -cuestionó sentándose en el sofá-.

IGNAZIO: ¿qué pasa?.

PIERO: no pasa nada por tenerla de vecina -dije restándole importancia al asunto-.

IGNAZIO: claro, no pasa nada, y aunque nos hiciésemos amigos, ¿qué ocurre?.

GIANLUCA: no sé, esperemos que si es así, esta vez sea todo distinto.

Gianluca estaba siendo un poco dramático, pero en parte llevaba razón: últimamente habíamos destapado muchas amistades por conveniencia, y la verdad es que estábamos muy cansados de tener que pasar siempre por la misma situación.

Esa noche se nos hizo muy tarde, así que los chicos decidieron quedarse a dormir.

A la mañana siguiente, cuando nos levantamos, Gianluca se ofreció a bajar a por churros con chocolate, ya que a Ignazio se les antojó y a nosotros nos pareció una buena idea.

Viaje a ItaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora