Viaje a Italia

La partida

Me desperté después de haber dormido más bien poco, dándome cuenta de la realidad, y esque hoy, después de mucho tiempo y esfuerzo, iba a cumplir uno de mis mayores sueños...
¡Iba a vivir un tiempo en Italia!
Para ser exactos: tres meses, hasta que tuviera que empezar a trabajar.

Llevaba 6 ó 7 años esperando a que llegara este momento, desde el último año de Instituto había estado preparando este viaje hasta el más mínimo detalle con tal de que todo saliera perfecto.

Había acabado mi doble grado de Filología Clásica+Hispánica, había hecho el máster de educación y este último año había hecho unas oposiciones.
Así que sí, había estudiado algo que no me gustaba al 100%, pero hay que joderse.
Tuve que evitar perseguir mis sueños por lo que siempre dicen: "es muy difícil vivir de esas cosas", "es complicado meterse en esos mundillos"...
Y esque sí, me apasionaba la música y la escritura.

Pero bueno, cambiando de tema.
Hoy después de almorzar, más bien a las 16:30, cogería un vuelo Madrid-Roma.

Al levantarme hice la cama, cogí unos pantalones vaqueros apretados azules y una camiseta blanca de manga corta para cambiarme y ya de paso me bajé también las maletas y la mochila para dejarlo todo abajo.

Cuando me cambié, fui a sentarme en la cocina con mi madre y mi hermano, puse el móvil a cargar y los miré.

REBECA: ¿qué os pasa?, estáis muy callados.

MAMÁ: ¿cómo no estarlo?. Te vas tres meses a miles de kilómetros.

REBECA: Pedro también se fue hace unos años y no pasó nada -admití-.

PEDRO: yo me fui sólo dos semanas.

REBECA: bueno mira da igual, cambiemos de tema -contesté molesta-.

MAMÁ: oye, ¿y Héctor?.

A la mierda, pensé que no se acordaría.

MAMÁ: ¿a qué hora viene?, no os podéis ir muy tarde, no vaya a ser que el avión vaya adelantado.

REBECA: -traté de disimular- no... Esto... He devuelto su billete, Papá me llevará al aeropuerto -al ver su cara de confusión proseguí-. Lo hemos dejado.

MAMÁ: ¿¡Te vas completamente sola!? -me preguntó en tono dramático, como acostumbraba a hacer siempre-.

REBECA: si Mamá, me voy sola. Igualmente no importa, domino muy bien el idioma, y así me adaptaré más rapido a todo -contesté restándole importancia-.

MAMÁ: pero, ¿porqué cortaron?, si llevaban ya muchos años y érais como uña y carne.

REBECA: no quiero hablar de ello, y tampoco tengo porqué darte explicaciones. Ya soy mayorcita.

Mi madre siempre planeó la vida perfecta para mí: mi novio, mis amistades, mis estudios organizados... Mi vida hecha.

Asimismo yo también aprendí a ganarme la vida trabajando de diversas cosas mientras finalizaba mis estudios con tal de poder organizarme monetariamente yo sola.

Lo que ella no sabía era que su ideal de vida sobre mí, no era el mismo que el que yo tenía.

Lo que había ocurrido era que: mi novio Héctor, luego de 5 años juntos, me había engañado con la que desde los 6 años era mi mejor amiga.
Así que no sólo había perdido a mi pareja de tanto tiempo un par de semanas antes de irme a vivir a Italia, sino que también había perdido a la que era mi mejor amiga desde siempre.

Entonces, a pesar de todo el dolor que guardaba dentro de mi por ambas traiciones, creí que estaría tomando la mejor decisión: me iría a virir experiencias nuevas, conocería una cultura nueva, gente nueva y continuaría mi vida sin ataduras... Como siempre soñé.
A fin de cuentas, me había quitado un peso de encima.
Este chico (me dí cuenta cuando terminé mi relación con él), no me había tratado con amor en ningún momento de la relación.
Fue mi primer amor, por lo cuál pensé que todo lo que él hacía era normal, pero no, no lo era.

El amor que las parejas se dan, no lo había conocido aún.
A pesar de 5 años de relación, yo seguía siendo virgen, y él me daba la sensación de que no me daba cariño porque ya se lo daba a alguien más, pero no caía en la cuenta de ello.

Así que para mí, el amor verdadero, sólo lo había conocido en la lectura y escritura.

Unas horas después (habiéndome cambiado, arreglado y almorzado previamente), me llamó mi padre cuando ya estaba fuera.
Así que, me despedí de mi madre y mi hermano, y vino a ayudarme a coger mis cosas para meterlas en el maletero y nos pusimos en marcha; nos esperaban 20 minutos hasta el aeropuerto.

Pasamos el camino charlando de nuestras cosas, y me contó que quería venir a visitarme (aunque sabía que no sería posible por su ajetreado trabajo).

Cuando llegamos al aeropuerto, llegó la hora de embarcar, con lo cuál, nos despedimos y ,tras haber facturado las maletas, me fui hacia la puerta.
Por suerte conseguí dormir todo el viaje, ya que estaba muy cansada, y cuando salí todo fue muy rápido: cogí un taxi y me dejó en la puerta de un edificio gigante, donde, en el tercer piso, tenía una casa alquilada para pasar los próximos tres meses.

A entrar a la casa; al frente había un salón con una cocina americana, un baño, y luego en el pasillo del fondo había un cuarto de estar y la habitación donde yo me quedaría, con una cama de matrimonio y un baño con bañera propio.

Pase toda la tarde hasta que se hizo de noche luego de hacer una pequeña compra y colocando todas las cosas que tenía y, para cuando me quise dar cuenta, ya eran cerca de las 12 de la noche, así que, como ya era muy tarde para prepararme nada, decidí salir a un restaurante que quedaba a un par de calles de aquí.

Al volver de este, llegando a la calle del bloque, me pareció ver unas caras conocidas, lo cuál era prácticamente imposible, ya que no conocía a nadie que viviera aquí.

Pero...y tanto que eran conocidas...