Un simple soplo... | Kiribaku [FINALIZADA]

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—¿¡Por qué!? ¿¡Por qué nos haces esto, Eijiro!? ¿¡POR QUE!?

Ya habían pasado 2 meses, y los padres de Kirishima lo veían muy animado y feliz, más de lo normal. Todos los fines de semana que iba a visitarlos, Kirishima les hablaba de Bakugo... Solo que... Sus padres creían que era una chica... Vaya error.

—Mamá, por favor. Tú me dijiste que me apoyarías en todo ¿No? Cuando te dije que quería ser héroe y que entraría a U.A ¿Que me dijiste? ¡Que me apoyarías en todo!

—¡Eso es diferente! ¡Estás yendo en contra de la naturaleza, por dios!  Estas confundido, ¡Apenas tienes 16 años!

—¡Eso no decías cuando te dije que estaba con alguien!

—¡Por qué creía que hablabas de una chica!— Los padres de Kirishima no se tomaron muy bien lo de la relación de Kirishima y Bakugo.

—Eres... ¡Eres un enfermo desviado! ¡Eras mi orgullo!— El padre de Kirishima había cruzado la raya.

Sus padres, Bakugo y la Bakusquad eran las personas que más amaba y escuchar eso de sus padres, lo hacía derrumbarse.

—¡Hey! ¿¡Que le pasa!?— Bakugo se puso frente a Kirishima defendiendolo —¿Que les ocurre? ¿Cómo son capaces de insultar a su hijo de esa manera? Kirishima es una chico fuerte, estupendo, increíble, trabajador, un poco flojo para hacer las cosas, pero inteligente. ¿¡Y solo porque le gustan los chicos todo eso ya se esfumó!? Ustedes son los enfermos por pensar así, no merecen tener un hijo tan magnífico como lo es Eijiro— Todo eso lo dijo desde el alma, no permitiria que nadie y mucho menos sus padres, le hablara así a Kirishima. Por fuera mostraba el ceño fruncido de siempre, pero por dentro, su alma y corazón retumbaban del miedo que sentía, Kirishima podía notar como el contrario temblaba. Además de que su tono de voz poco a poco a ponía tembloroso.

—¿Quién te crees? Seguro y tú perturbaste a mi hijo, mi hijo no es un maricon.

—Esto es inútil. Hablar con gente estúpida y cerrada me aburre. Nos vamos— Bakugo tomó de la mano a Kirishima y se dirigían a la puerta.

—¡Eijiro! ¡Si sales por esa puerta, te olvidas de que tienes padres!— Kirishima no sabía que hacer, miró a sus padres y miró a Bakugo. Su mente y corazón se alinearon y tomaron una desición.

—Entonces... Me voy— Bakugo le dio una sonrisa en señal de apoyo y ambos salieron de la casa.

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No regresaron a U.A, apenas hace 20 minutos que habían salido, la clase les preguntaría qué había ocurrido y eso no querían.

Entonces, se fueron a un parque a relajarse.

Kirishima estaba sentando en el regazo de Bakugo, su hombro sirvió de pañuelo, solo lloraba y lloraba, mientras Bakugo lo abrazaba.

—Llora... Te hará bien... Supongo— Bakugo estaba destrozado, no le gustaba ver cómo ese ser de luz que iluminaba su jardín marchito esté así, triste, dolido. Pero, por un lado lo comprende. Cierta parte de su familia lo repudió por varios meses, y solo por su orientación sexual, el, obvio, los mandó al carajo, no le importaba.

Sus padres lo apoyaban y eso basta.

Pero, alguien como Kirishima no aguantaría algo así. Bakugo quiso hacer algo, entonces, le dio un soplo en la oreja haciendo reaccionar a su joven amado —Ahora me toca a mí... Ahora me toca ayudarte como tú lo has hecho conmigo... Nunca estaras solo contra el mundo, seremos juntos contra el mundo...— Kirishima se derritió de amor y solo lloró, pero ahora de felicidad.

—Te amo, Bakugo...

—Yo también, Kirishima...