Un simple soplo... | Kiribaku [FINALIZADA]

5

—Vamos, cherryboom~

—Nada de "Cherryboom"

—¿Por qué no quieres ir? Vamos, solo un rato.

—No quiero ir a la habitación de ese idiota, siempre terminan poniendo sus películas aburridas.

—Andaaaaa, solo será por hoy. Andale, mi Cherryboom~

Oh no.

Bakugo se muere cuando Kirishima lo llama "Cherryboom" no se puede resistir —Ahhhg, de acuerdo. Odio cuando usas eso en mi contra— Salió de su habitación dirigiéndose a la de Kaminari para una pijamada junto a la Bakusquad y la Dekusquad.

Kirishima solo rió y salió atrás de su novio.

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La pijamada se pusó de color rojo.

Kaminari, Deku, Mina, Sero, Kirishima y Shoto ya estaban bastante alcoholizados. ¿Que? ¿Que como es que lograron comprar y meter alcohol a los dormitorios?... Meh, detalles.

Mina, roja hasta las antenas giró la botella posicionandose en Kirishima —Kirishima ¿Verdad o
reto?—

—A este punto ya cualquier cosa me va. Reto.

—Te reto a qué le des un beso en la boca a Bakugo— Bakugo estaba sentado fuera del círculo de amigos, con brazos y piernas cruzadas. Al escuchar la petición de su amiga rosada, abrió los ojos posicionandose en sus amigos.

—¿Qu-que?— Dijo Bakugo bastante sonrojado.

—Dioooos, pero claro que si. Ven para acá, mi Cherryboom— Se levantó y salió del cuarto, aproximándose al ceniza.

—O-oye, espera. Aquí están todos—Inconscientemente recalcó su relación, nadie lo sabía.

—Ohhhh my good, ¡Sabía! ¡Sabía que eran algo!— Todos sabían que ellos se traían algo.

—¡No! ¡Espera!— Bakugo se alejaba más y más de Kirishima, quien estaba bastante tomado.

—Ohh, vamos. Solo uno— Retrocedían poco a poco. Abrieron la puerta y Kirishima cayó encima de Bakugo y las cara de los demás eran todo un poema.

—Ugh, te odio cuando te emborrachas, que imprudente te vuelves.

Hip —Ya. Mejor besame— Ambos se dieron un beso. Las cámaras y teléfonos celulares no tardaron en aparecer.

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—Mi vida, por favooooooor.

—¡No! Sabes que me molesta que me beses y coquetees cuando estás ebrio.

—Ya se. Perdón.

—Mhp. 3 días sin poder tocarme. Nada de abrazos, nada de besos, nada de nada.

—¿¡QUE!? ¿3 días? Por qué no mejor... ¿1 hora?

—Ya dije, 3 días.

—Ahhhh. Bueno, pero, ¿Me dejas hacer algo?

—Bah, de acuerdo. Rápido, que tengo que ir a la oficina del viejo oruga.

—De acuerdo... Cierra tus lindos y bellos ojos.

Hizo lo que pidió, pasaron algunos segundos y no pasaba nada. —¿Que pretendes hacer?— Le sopló en la oreja, pero un poco más fuerte y salió corriendo mientras se reía —¡Ahg! ¡Te mataré! ¡Alguno de estos días te mataré!—

—¡Yo también te amo, mi vida!— Gritó desde lejos.

—¡Ahg! ¡Carajo!