Cap 2

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Ambos Madrigal entraron a casita, Carlos rápidamente fue a la cocina sacando unas galletas que el mismo había horneado, ese era su regalo para su mariposa, cuando estaba por salir se encontró con su abuela en la puerta.

Carlos: Señora Alma

Aunque detestaba a Alma por todo el daño que le causaba a la familia no podía olvidar el echo de que era su abuela y que al menos debía dirigirle la palabra.

Alma: Mírate, una decepción para la familia, solo por que decidiste estar al lado de un peligro latente, me hubiera gustado que fueras como Camilo.

El chico apretó su mandíbula, odiaba ser comparado con su gemelo, ya que duela a quien le duela, ellos no eran iguales, el nunca sería Camilo, el era Carlos, el único que tenía la valentía suficiente, después de Julieta y Agustín, para enfrentar a la matriarca de la familia Madrigal.

Carlos: hmp Aunque le duela señora Alma, yo no soy Camilo, soy Carlos y a diferencia de el, yo estoy dispuesto a llenarme las manos de sangre para proteger a quien quiero, no me importa si usted está decepcionada de mi, después de todo lo único que me importa es ver la sonrisa de Mirabel, ella es mi todo, y como usted piense en tan solo colocarle una mano encima me encargaré de exterminar su querido "Milagro" y si me disculpa, tengo asuntos más importantes que atender

Y sin más se retiró del lugar dejando a una Alma sorprendida, la cual aunque no lo hubiera notado, se encontraba temblando.

Alma: Tu debilidad es Mirabel, y la de ella es la familia....
Cometiste un grave error Carlos

Después de ver cómo la vela se apagaba un poco Alma suspiro y salió al pueblo pensando que tal vez alguno de sus nietos no se encontraba cumpliendo con sus deberes y por eso la vela se apagaba, si tan solo supiera lo equivocada que se encontraba.

Carlos subió a la guardería y vio como Mirabel y Antonio se encontraban jugando, el también se unió y estuvieron así hasta que escucharon como su familia alistaba todo para la ceremonia del menor de los Madrigal.
El cual apenas escucho la voz de su hermano Camilo se escondió.

Carlos y Mirabel sabían el miedo que sentía el pequeño, ellos iban a conversar con él para que se tranquilizara, pero cuando estaban por agacharse para hablar fueron  interrumpidos por la puerta de la guardería abriendose, ahí, frente a ellos estaba el camaleón.

Camilo: Solo vine a buscar a Toñito

Entro a la habitación para buscar a su hermano. Todo se encontraba en silencio, Camilo de vez en cuando miraba a Mirabel pero su hermano se ponía frente a ella impidiendo que la vea por completo.
Carlos no pensaba dirigirle la palabra ni nada a su hermano pero con solo ver esa mirada suplicante de Mirabel hizo que terminara haciendo lo que ella deseaba.

Carlos: Tsk

El muchacho de runa roja simplemente hizo una mueca para luego agarrar un poco de galletas y dárselas a su gemelo, el cual lo miro con sorpresa.

Carlos: Ni siquiera quiero verte, pero Mirabel supone que debes estar hambriento, así que más te vale no  desperdiciar ni una sola de esas galletas, ahora shu

Antes de que Camilo pudiera hablar fue sacado a la fuerza de la guardería y Carlos le cerró la puerta en la cara.

Carlos: Listo, ¿Contenta?
Mirabel: Mucho, gracias

La rizada le dió un beso en la frente al chico el cual inmediatamente se relajo.

Antonio: Harían una linda pareja

El comentario del menor hizo que ambos adolecentes se sonrojaran para luego reír sin saber que alguien más escuchaba tras la puerta.

Camilo: Al menos se que sigue preocupándose por mi, *-Suspira-* Mariposa
Alma: Camilo!!
Necesito otro José!!

El camaleón suspiro frustrado, odiaba que siempre necesitaran a alguien más, pero no a el, a Camilo, dió una última mirada a la guardería para luego marcharse.

Mientras en el interior de la guardería Antonio les contaba sobre sus miedos a su hermano y prima.

Antonio: Tengo miedo
Si no obtengo un don la abuela me odiará
No podré ayudar en nada
No seré especial como el resto....
Pero si lo obtengo la abuela me obligara a cumplir con varias tareas y estoy seguro que me cansaré mucho y no podré jugar
Carlos: Mmm si no obtienes un don serás igual que nosotros
Mirabel: Y si lo obtienes serás igual que el resto de la familia
Carlos: Pero hay algo que nunca debes olvidar Toñito
Mirabel: Es que con o sin don tu seguirás siendo igual de especial y nos tendrás siempre a tu lado
Carlos: Y creeme, la abuela no te va a sobreexplotar como lo hace con el resto
Mirabel: Nosotros estaremos para protegerte y nos encargaremos de que eso no ocurra, vas a disfrutar de tu niñez
Carlos: Es una promesa

Los tres se abrazaron con fuerza, Antonio salió encontrandose con sus padres los cuales le estaban esperando para iniciar la ceremonia.
La controladora del clima se acercó a su hijo pequeño evitando la mirada de su hijo mayor, odiaba el no poder abrazar a su pequeño Carlos pero debía obedecer a su madre.

Pepa: Mírate que grande estás
Antonio:.....
Félix: Pepi amor, lo vas a empapar
Que orgulloso está tu papá de ti mijo

Las palabras de Félix no solo eran dirigidas hacia Antonio y Carlos lo noto, no pudo evitar sonreír al saber que aún su padre lo quería.
Pero Camilo noto que el ambiente estaba un poco tenso así que se transformó en su papá para luego remedarle.

Camilo: Que orgulloso está tu papá de ti mijo
Félix: Yo no hablo así
Camilo: Yo no hablo así

Los labios de Mirabel se curvaron en una sonrisa, Carlos simplemente miro hacia otro lado.

Dolores: La abuela dice ya es hora
Antonio: *-asiente-*
Carlos: Se fuerte parcerito
Mirabel: Estaremos aquí parcerito, ve

Todos se retiraron, pero Pepa y Félix regresaron a ver a su hijo, la mujer tenía lágrimas en sus ojos mientras su esposo tomaba con fuerza sus manos tratando de tranquilizarla.

Carlos por otro lado había pasado su brazo por encima de los hombros de Mirabel y la empezó a guiar dentro de la guardería, no deseaba que ella tuviera algún encuentro con Alma.

Ambos padres vieron como su hijo les dedicaba una sonrisa para luego cerrar la puerta, les dolía, en verdad les dolía el no haber podido estar con el durante tantos años, tenerlo tan cerca y a la vez tan lejos y temían el que las cosas vuelvan a repetirse con Antonio.
No lo soportarían.

Dolores: La abuela dice que vayan rápido.....

Dolores vio como sus padres limpiaron sus lágrimas para luego brindarle una sonrisa, a ella también le partía el corazón el no poder acercarse a su hermano menor para abrazarlo o preguntarle qué tal fue su día.
Pero se conformaba con poder escucharlo, aunque sea a lo lejos.

Todos se retiraron para empezar la ceremonia de Antonio, la cual milagrosamente salió bien, aliviando a más de nuevo, entre ellos a los Madrigal sin don y a un vidente que se encontraban tras los muros.

No soy como elDonde viven las historias. Descúbrelo ahora