Cap 12

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Final

Una hermosa mujer que llevaba su cabello recogido en un moño bajo miraba la tumba del amor de su vida con adoración.

Mirabel: Ey Carlos, hace mucho tiempo que no venía a verte cariño

Con cuidado tomo asiento a un lado de la tumba, acariciando con suavidad las flores que crecían a su alrededor. 

Mirabel: Encontramos a tu asesina...ella fue desterrada, sabes, nunca hubiese llegado a imaginar que te mataría solo porque la rechazaste.....Carlos, la abuela está muerta, ella se fue junto a casita....me duele

Un suave viento paso, moviendo los mechones de cabello de la mujer.

Mirabel: Hace poco descubrí que estaba embarazada, fue duro sabes, pero, se que me dejaste una parte de ti para recordarte, la construcción de su nuevo hogar está casi terminada, las cosas han ido mejorado conforme el tiempo a pasado

Su mirada avellana miró el nombre grabado en la piedra y sintió unas fuertes pataditas.

Mirabel: Son trillizos, te juro que los cuidare, y la historia no se volverá a repetir
----: Ey Mirabel!!!

Un joven de cabello largo llegó corriendo hasta donde se encontraba su prima menor.

Mirabel: Camilo
Camilo: Es peligroso que salgas sola, ¿lo sabes verdad? Ya casi es hora de tu parto, se supone que debes estar en casa para
Mirabel: Sh sh estoy conversando, quería darle la noticia

Camilo miro la tumba de su hermano mayor, en silencio se arrodilló en frente de esta y una sonrisa surco su rostro.

Camilo: Ya veo, hola de nuevo hermano, sabes, en verdad ganaste su corazón

Dijo aquello con un tono melancólico, pues aunque la joven acepto su ayuda, nunca acepto sus sentimientos, ella solo aguardaba el día donde se pudiera reencontrar con el amor de su vida y padre de sus hijos, algo doloroso pero real.

Mirabel: Volveremos pronto a verte cariño, nos vemos

La joven sonrío a la vez que acomodaba un mechón de cabello rebelde detrás de su oreja para luego levantarse y caminar con lentitud para ir a la casa donde se estaban quedando siendo seguida en silencio por su primo mayor, quien la observaba en silencio.

Camilo: Las cosas
Mirabel: Las cosas van mejorando Camilo, lo digo enserió

Camilo prefirió guardar silencio al ver el semblante de su prima menor, aquella radiante joven se había endurecido por todo aquello que vivió y él solo esperaba que el nacimiento de los pequeños le devolviera la calidez a su alma y corazón. 

Ambos llegaron a la casa, observando las consecuencias que muchos años de dolor habían dejado.

Julieta y Bruno llevaban comida en una bandeja, todo lo que está contenía era lo favorito de Pepa, pues ella nunca salía de su cuarto desde aquel día, solo lloraba por la muerte de su niño, desdichada por no haber sido una madre para él,  preguntándose todo lo que su niño tuvo que vivir para llegar a sobrevivir,  preguntándose cuáles fueron las razones de su madurar temprano aparte de no tener alguien que velará por su bienestar y se encontrará presente para darle consuelo y cariño, cada pregunta le atormentaba y lastimaba su alma, pero, no todo para ella estaba perdido ya que tenía a Félix dándole fuerza cada día y noche, además de la esperanza de ver a los hijos de su niño fallecido llegar al mundo, aunque, toda la familia tuvo que luchar para que Mirabel decidiera quedarse y no marcharse.

Pero, al menos sus esfuerzos dieron sus frutos, y se puede decir que luego de tantos años de sufrimiento están aprendiendo a sanar lentamente,  tal vez queden cicatrices que lleguen a perdurar sin importar el tiempo, pero sabrán levantarse siempre y cuando se tengan mutuamente,  porque eso es lo que significa ser una familia.
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Mirabel mira el hogar que Carlos construyo para ellos, le duele dejarlo atrás pero su casita ya esta reconstruida y debe ir para ayudar a su familia,  con gentileza acaricia su abultado vientre, sonriendo al saber que faltaba poco para conocer a sus hijos, pero luego de unos minutos aquella sonrisa se le borro al imaginar lo contento que estaría Carlos en ese instante, seguramente no la dejaría ni caminar por cuenta propia, pero, él no estaba, se había ido, y ella debía aceptarlo, si tan solo fuera tan fácil como sonaba.

Camino a paso lento, permitiendo que el viento moviera su cabello, pues, aprendió a escuchar lo que este decía y a la vez a disfrutarlo, ya que en el encontraba a su Carlos.

Un brillo de determinación apareció en su rostro a la vez que se giraba hacia la casa que ahora dejaba atrás.

Mirabel: Te prometo que seré la persona más fuerte que hayas conocido!!

Le grita al viento, a la nada y luego vuelve a retomar su camino, pero esta vez con una sonrisa, mira una figura a lo lejos y corre para abrazarlo a la vez que ríe alegre.
Camilo la recibe con los brazos abiertos, pero la regaña por su actuar descuidado y ella solo le mira con cariño.

Mirabel: Vamos nos esperan

Es lo que dice a la vez que camina en dirección del pueblo, sin embargo Camilo no la sigue de inmediato, en cambio, él voltea en dirección contraria, una sonrisa melancolía adorna su rostro y un brillo entre tristeza y alegría se ve reflejado en sus iris verdosas. 

Camilo: Yo no soy él, pero, seré alguien mejor, por el bien de todos.

Con aquella promesa apresura el paso para alcanzar a su prima menor, consciente de que ella seguramente ya está entrando al pueblo.

Los dos dejan la casa donde el recuerdo de Carlos se siente más vivo, ambos deciden avanzar pero, no son conscientes de la figura semitransparente que se ve en la entrada de aquella casa recientemente abandonada, la cual sonríe con felicidad pero a la vez llora con tristeza al saber, el hecho de saber que estará encerrado en la soledad sin la oportunidad de que alguien le vea lo lastima, pero saber que sus seres queridos seguirán adelante le da fuerza para soportar aquello.

Y con una sonrisa los despide, sabiendo que su alma en aquella casa se quedará, tal y como había sucedido tiempo atrás con su abuelo Pedro, quien se libero al ser destruida casita, ahora a Carlos solo le queda ver a las siguientes generaciones crecer, pues su alma es el milagro que le llegará a su familia en solo cuestión de días, cuando Mirabel abriera a la nueva casita, y sería su alma quien otorgaría dones y vería a las generaciones pasar, pero bueno, al menos podría conocer a sus hijos.

El pasado es dejado atrás pero no borrado, el futuro mil sorpresas consigo trae y el presente hay que vivir sin importar que las manecillas del reloj lleguen a avanzar.

No soy como elDonde viven las historias. Descúbrelo ahora