-Capitulo 3-

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-Recuerdo todavía el día que me quebré el brazo solamente para intentar llamar la atención de mi madre- menciono Umiko riendo con diversión al recordar tal anécdota.

-Y si te presto atención? - pregunto Kazutora

-No, solo llamo a mi padre y el me llevo al hospital- reíste ante tu pequeña historia.

-Si tu estuvieras conmigo, siempre te haría caso- te dedico una sonrisa- sin importar que sucediera, siempre serías lo más importante para mí, de hecho. Ya lo eres.

Solo esas palabras te hicieron sonrojar y desear que el fuera feliz.

Pasaron el día entre anécdotas, chistes de mal gusto y caricias. Nunca te dejabas tocar por nadie pero con el era diferente, el podía abrazarte que no estarías incómoda.

-Umi- llamo Tora.

-dime- respondiste

-Sabes, nunca me di la oportunidad de preguntarte esto o más bien, me da miedo hacerte está pregunta- suspiro- ¿Tú estás feliz conmigo?

-Buena pregunta- soltaste un suspiro para sonreír más que nunca- Soy muy feliz contigo!

Los ojos dorados del contrario brillaron tanto que jurarías que viste al mismísimo sol enfrente.

-Sabes, papá siempre dijo que 100 días malos, traen 100 buenas historias- hablo calmada la niña- Mejor, creemos una buena historia juntos

-Umiko- volteaste a verlo- ¿Cuál es tu sueño?- pregunto el oji-dorado.

-Ser madre, casarme y ser buena esposa- hablaste soltando una risita- suena tonto, pero quiero ser feliz con una familia y sin problemas- la sonrisa de la menor se hizo calmada- quiero todo aquello que nunca tuve, una familia.

-Compartimos el mismo sueño- murmuró- cumplamos ese sueño juntos

-Claro- la chica sonrió.

Un simple sueño sería lo que ambos niños veían en esos momentos, un gran futuro en realidad.

-estoy en casa- dijiste mientras entrabas seguida de Kazutora

-Bienvenida- escuchaste la voz de tu padre en la cocina.

-Estas en casa?- preguntaste asombrada.

-Si, y prepare tu favorito- dijo el mientras salía de la cocina con tres platos.

-YAKISOBA!- dijiste feliz.- Tora, ponte estás pantuflas- colocaste unas pantuflas de su talla en el suelo.

-Bienvenido a casa, hijo- dijo tu papá con picardía, el estaba complemento seguro se que el sería tu esposo.

-Muchas gracias, señor Ishikawa- dijo haciendo una reverencia.

-Deja las formalidades, llámame Masamune- hablo el peli-azul- quédate a cenar y de paso a dormir.

El joven asintió agradecido, tu padre brindaba gran calidez y confianza.

Ya cuando todos estaban sentados en la mesa, comenzaron a comer.

-Itadakimasu- dijeron los tres a la vez

-Espero les guste, ya tenía tiempo sin cocinar- dijo el hombre algo apenado.

-No importa señor Masamune- hablo Tora- ha de estar delicioso- Hanemiya estaba emocionado, nunca había tenido una cena así.

El señor sonrió y todos comieron en tranquilidad. Hasta que la paz fue interrumpida por una peli-blanca que entró sin aviso.

-Buenas noches familia- hablo la mujer que parecía Barbie con tanto maquillaje.

-Buenas noches, Akira- hablaron tu padre y tu al mismo tiempo.

-Quien es el niño- señaló a Kazutora sin disimulo alguno, haciendo que este se sienta mal.

-Es mi yerno- hablo Masamune con orgullo, tus mejillas enrojecieron.

-Mm bueno, un gusto soy Akira Ishikawa- sonrió la mujer.

-mas falsa no puede ser- fue el primer pensamiento de Kazutora.

-Un gusto, Hanemiya Kazutora- contesto el menor de igual manera.

-Gracias por la comida- se levanto Umiko, Kazutora la imitó.

-Muchas gracias por la comida y la estadía señor, agradezco mucho su hospitalidad y su comida es deliciosa- agradeció el menor.

Tu y Kazutora se retiraron a tu habitación.

-Dormiras conmigo, si?- preguntaste

-No hay problema- sonrió el peli-negro

Ambos durmieron como bebés, en los brazos del otro ese día, más que verse con morbo o algo, ambos se veían con cariño y ternura. Al día siguiente comenzaste a abrir tus ojos, encontrándote con un Kazutora calmado y pacífico a tu lado.

-Que bonita manera de despertar- mencionaste acariciando su rostro con cariño

-Si, una hermosa manera de despertar- te contesto Kazutora dando un beso en tu mejilla- ojalá así despertar siempre- ninguno lo decía de mala manera, solamente se sentían cómodos con el otro al lado.

Te acurrucaste en sus brazos nuevamente para volver a dormir, la escuela podía esperar.

Tu padre entro para "despertarlos" pero al verlos durmiendo tan tranquilos y pacíficos decidió no hacerlo.

-se merecen ese descanso, soportar tanto y no descansar es horrible- pensó aquel hombre.- Umiko ayuda a ese muchacho, después te será fiel como ningún otro- susurro el hombre para salir de la habitación, el sabía lo que decía, su esposa había hecho lo mismo con el.

Las madres siempre son las sabías pero cuando un padre dice algo, casi siempre lo hacer por experiencia propia.

El padre de Umiko estaba enterado de los antecedentes de Kazutora, le agradaba, de hecho le recordaba mucho a el hace muchos años.

Por eso mismo, nunca le prohibió a Umiko estar con el. Agradecía que su querida hija tuviera tan buen corazón, al igual que ella...

Al menos ella no era tan cabezota como su "madre", su hija si era inteligente.

Al menos ella no era tan cabezota como su "madre", su hija si era inteligente

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(Créditos a su respectivo autor)

Let me take care of you  Hanemiya (Kazutora x tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora