-Capitulo 5-

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Umiko estaba corriendo detrás de Baji, mientras Kazutora los observaba desde atrás, se había dado cuenta de lo linda que era la albina a sus ojos.

-Kazu!!- grito la oji-violeta mientras se lanzaba a abrazarlo.

-Umi- se sentía algo extraño por la cercanía, estaba nervioso.

-Vamos, estás algo distraído- la Ishikawa beso la mejilla del chico.

Ambos salieron corriendo camino a dónde estaba sentado Keisuke.

-Vamos a comer- sugirió el peli-negro.

-Claro! Yo invito!- la albina se ofreció.

-Por eso te amo- dijo Keisuke secándose lágrimas falsas.

No sabía porque pero Kazutora sintió ¿Celos? Por esa simple frase.

Los tres fueron a comer y Kazutora estaba muy cariñoso con Umiko, la besaba y le daba de comer en la boca. Keisuke solo recordaba a su chica al ver a estos dos así.

-Kazu- dijo sonrojada la albina.

-Dejate querer- dijo el oji-dorado sonriendo embobado. Con ella podía ser el mismo y sus ojos le pertenecían solo a ella.

Siguieron con su coqueteo indirecto y Keisuke estaba durmiendose ya.

-Tora, regresemos así Kei puede ir a ver a su novia- murmuró la albina.

-Si, tienes razón Umi- Kazutora se levantó y pidió la cuenta.

-Lo pagaré yo- dijo Umiko al ver que Kazutora estaba por sacar su billetera.

-Esta bien- murmuró apenado el oji-dorado.

Se retiraron y al igual que siempre ambos subieron a su motocicleta para ir a casa de Umiko.

-Yo me separó aquí- aviso Baji- sean felices juntos, tortolitos.

Baji se fue dejando a ambos adolescentes muy sonrojados.

-Mejor vamos a casa, a papá le alegrará verte- hablo la chica.

-Claro, con gusto!- dijo Kazutora sonriendo.

Cuando llegaron encontraron a tu padre sentado en el sofá leyendo un libro.

-Estamos en casa!- gritaste.

-Bienvenidos- respondió tu padre.

Entraron y fueron directamente al sofá.

-Que gusto tenerte aquí Hanemiya- hablo Masamune.

-El gusto es mío, Masamune- el señor asintió y le hizo espacio para que se sentarán.

-Quieres ver una película?- pregunto la albina.

-Claro, la que tú prefieras- el padre de Umiko admiraba como este muchacho podía tener tanta paciencia contigo.

Aunque el no sabía que Kazutora lo hacía porque en realidad así era, el era un chico dulce que sufrió demasiado y solo con Umiko podía sacar su verdadera personalidad.

-Les iré a preparar unos bocadillos- hablo el mayor levantadose de su asiento y dirigiéndose a la cocina.

-Te ayudo?- preguntaron los dos jóvenes al mismo tiempo.

-No, ya regreso- sin más que decir se fue dejando solos a los dos adolecentes.

Los nervios no eran problema para estos dos adolecentes, ambos habían llegado a crear una gran confianza y ninguno sentía algún tipo de incomodidad o nervios con el otro. El problema serían las hormas de ambos jóvenes.

-Recuestate- le hablaste a Kazutora

-Como órdenes- el se recostó en el sofá y tú te rocostaste sobre el.

-Eres cómodo- comentaste besando su nariz

El sonrió y subió un poco la cabeza. Tenía que estar tranquilo, la posición en la que se encontraban era bastante comprometedora.

-Si tu papá nos mira así podría malinterpretar las cosas- menciono el oji-dorado, bajando una mano a la cintura baja de la chica.

-No importa, me gusta estar así contigo- dijo la albina.

Masamune observaba con ternura la escena que estaban armando su "yerno" y su hermosa hija.

-Les traigo bocadillos- entro Masamune al living- no me quedo con ustedes porque surgió algo en la empresa. Cuidense- eso último era claro que iba en doble sentido pero, solo Kazutora entendió el mensaje.

Sin más que decir beso tu cabeza, acarició la cabellera de Kazutora y se retiró a la empresa.

Te enderezaste para poder tomar un bocadillo, accidentalmente te sentaste en la pelvis de Kazutora  rosando tu trasero con su pelvis y este soltó un gemido.

-Sucede algo- pregunto la albina.

-Umi, mi amor- suspiro entrecortado y con las mejillas rojas- no te muevas mucho.

Está asintió y se dejó de mover.

-Listo- dijo el de mechas ya calmado.

-Te lastime?- pregunto con falsa inocencia la linda albina.

-No, solamente eh, nada- mejor guardo silencio, no estaban listos para esa plática.

Te sentaste entre sus piernas a lo cual el contrario no se negó, pasaron toda la tarde juntos. Entre tus movimientos el miembro de Kazutora se fue agrandando y este solamente coloco un cojín en tu espalda disimulando su gran erección. Las hormas eran un gran problema para este joven enamorado.

-Mierda, solo con ella me pasa esto- pensó Kazutora. Tenía que pensar que hacer no quería que Umiko lo viera así.

-Umi, tengo que ir al sanitario- dijo removiendose.

-Oh, claro- la chica se bajó de sus piernas

El joven salió corriendo al baño mientras tú lo mirabas divertida, sabías bien lo que le estaba pasando. Eras demasiado tranquila  como para jugar así antes de tiempo.

En el baño el de orbes dorados miraba en su pantalón una enorme erección y podían notarse manchas de líquido pre-seminal.

-Carajo, ahora que hago- dijo sonrojado, solo con unos cuánto movimientos había causado eso en el.

-Tora!- grito Umiko.- si quieres ducharte o algo ahí están las toallas y el agua de la regadera está caliente, tu ropa está en mi habitación- volvió a gritar.

-Gracias princesa!- grito de vuelta

-Tengo que respetarla, Kazutora idiota!- murmuró él más alto. Mentalmente se estaba golpeando por esos pensamientos que estaban pasado por su mente.






 Mentalmente se estaba golpeando por esos pensamientos que estaban pasado por su mente

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Let me take care of you  Hanemiya (Kazutora x tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora