06 | UNO... DOS... TRES...

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RYAN

1 SEMANA ANTES DE LA HORA 00:00

—¡Oh, no sería ninguna mala idea ir! ¿Es tan buena como dicen?

—Joder, claro que sí. Está de puta madre, yo me monté casi 3 veces en una de las montañas rusas. Randall —señaló a su amigo —salió vomitando como una marica.

Observé al tal Randall, no estaba nada mal, para nada mal. Éste sonrió con vergüenza bajando la mirada, estaba incómodo por los comentarios de Jack. Jack era un imbécil, pero a veces le vendía cigarros y una que otra sustancia que marea a Mike, lo había conocido por el.

También invitaba a buenas fiestas, y para mí reputación en la escuela era bueno tener a ese tipo de gente influyente de mi lado. Porque si, mi reputación era una de las cosas que más me importaban.

—¿Dónde queda la feria? Ling cumplirá años en una semana, sería bueno ir este fin de semana y celebrar con ella como dios manda —Jack frunció el ceño, y su pregunta no tardó en llegar, aunque era tan básico que sabía qué preguntaría:

—¿Ling? Esa quien es.

—Una de mis mejores amigas, no la conoces porque no suele acompañarme a las fiestas.

—¿Pero esa estudia aquí? ¿Está buena? —bufé, riéndome.

—Pásame la ubicación, ya tienes mi número, muñeco. —el mote claro que lo usé por joderlo, algunos aún a estas fechas seguían teniendo su masculinidad muy frágil, y Jack era uno de esos. Randall, su amigo, casi se ahoga de la risa tomando agua de su termo. Jack lo miró fulminante. —nos acompañaran, ¿no?

Su mirada cambió, una más seria a la que usualmente tenía fue la que me dejó ver. Pareció darse cuenta del cambio, así que tan rápido como llegó se fue, volviendo a su estado burlón habitual.

—No, nada de eso, Ryan. No podré, iré a un viaje con mi novia, tu sabes cómo son las mujeres, extenuantes y cansinas si no le das lo que quieren. Aun así no entiendo cómo no te pueden gustar, aún con el carácter de mierda que tienen, un coño es un coño —su risa que trató de ser cómplice llegó rápido a mis oídos, irritándolos. Que tipos como el hicieran comentarios así, me hacían poner de mal humor, sin embargo le seguí el juego con naturalidad, y asentí.

Me giré para irme, incitándolo a que me pasara la ubicación en cuanto pudiera. Antes de irme me tomó del brazo, con interés. Bajé la mirada viendo lo que su mano sostenía. Era un papel, muy colorido, un póster de la feria de la que me hablaba.

—Ahí está toda la información que necesitas para llegar, no te arrepentirás de ir. ¿Llevarás a todo tu combo? De verdad que está de puta madre.

Donde se ocultan los sueños ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora