Capitulo 6

90 8 1
                                    

Es horrible que te pregunten si estás bien, cuando realmente ni tú sabes si lo estás, lamentablemente pude vivir en carne propia ese sentimiento, no se lo deseo a nadie, pero va a llegar un momento de tu vida en donde quieras o no, lo vas a vivir tu mismo.
Nunca me pude imaginar como es que se sentía Hinata al preguntarle si estaba cansado, el solo lo ocultaba con una sonrisa y lo negaba por completo.
Todo lo que vivió, todo lo que sufrió, todo lo que guardó, fue la gran causa del por qué ahora se encuentra en este estado, por todo lo que tuvo que llevar en sus hombros lo llevo a desarrollar Depresión atípica, lamentablemente está es una de las depresiones más peligrosas, ya que como todos, al ver una sonrisa imaginamos que esa persona está feliz y que no necesita ayuda ¿Cierto?
Pues con esta enfermedad puedes ver aquella persona sonriendo, jugando, divirtiéndose, hablando con normalidad, pero por dentro cargan con un enorme peso de culpa, odio a sí mismo, cansancio, desinterés, falta o aumento de apetito, sensación de inutilidad y tristemente muchas otras cosas más.

—¡Tomaré un descanso!
Grito Hinata alejándose de sus compañeros que aún seguían entrenando, para después tomar un pequeño descanso mientras se sentaba en el piso frío de madera, recargando todo su peso contra la pared.

—¿Otra vez?
Pregunto Kageyama mientras se acercaba a Hinata.
—Ya van tres veces que tomas uno.
Claramente se le veía molestó, todos en el gimnasio lo notaron pero lo dejaron pasar, ya que pensaron que era lo normal.
—En serio ¿Que sucede contigo?
La tención aumentaba cada vez más poniendo a todo aquel que escucho esa frase incómodos y haciendo que voltearan a ver a los dos chicos que robaban la atención.

—No entiendo ¿De que hablas?
Contestó Hinata fingiendo que no suecedia nada.

—¡Por favor Hinata-!

—¡Kageyama!....Ya basta.
Interrumpió Daichi, mientras se acercaba a los dos chicos.

—Tranquilo, no hay necesidad de sacarlo a la fuerza. Pero el tiene razón, Hinata, actúas demasiado raro últimamente, llegas tarde, te ves cansado, no comes, no duermes, no entrenas, ¿Que sucede? Sabes que puedes decirnos.
Dijo Daichi mientras se hincaba frente a Hinata tratando de hacer contacto visual, pero le fue imposible ya que Hinata estaba cabizbaja, tratando de no prestarle atención a todos que lo miraban.

Pero a pesar de la situación de tención y ansiedad en la que se encontraba Hinata, no pudo evitar que las lágrimas no salieran, impresionando a todos por ver a Hinata llorar de esa manera.

—Lo siento.. tengo que irme.

Nadie lo detuvo gracias al shock que les causo ver ese lado de Hinata, el simplemente tomo sus cosas y se fue, dejando a todos en silencio y preocupados por ver en la manera tan desesperante que Hinata limpiaba sus lágrimas, dejando sus ojos rojos por completo.

El explotó sus emociones, sacándolo todo en ese pequeño momento.
Nadie entendió que es lo que sucedió, o bueno, al menos yo no lo entendí.

Hinata al salir del gimnasio fue directo en donde tenía estacionada su bicicleta, para después subir en ella e ir directo a su casa, mientras iba en dirección a su casa en un complemento silencio, detuvo su paso de golpe, dándose cuenta que esa ya no era su hogar dulce hogar.
El frunció el seño al ver a su madre a través de una ventana    siendo feliz, pero ya no con su padre, él o su hermana.
El simplemente dió una media vuelta y se marchó de ahí, despidiéndose así de los únicos momentos felices que vivió en aquél lugar.

Un recuerdo de ti   [KageHina]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora