XII

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Un día, luego de recuperar la conciencia como tantas otras veces, notaste como todo al rededor del lince iba mejorando, quizás dolorosamente despacio para la vida de un humano, pero mejoraba. Estaba logrando salir de la oscuridad, pasito a pasito.

Entre tanto, Dios prefería empeñarse e insistir con tu castigo.


Cuando Ash decidió cambiar su destino, olvidar todo y empezar de cero, un cortante impacto lo frenó recordándole todos sus pecados, errores y malas decisiones. Haciéndole creer que era indigno de acercarse a la felicidad.

Las cadenas estrujaron tus miembros hasta incluso terminar por quebrar tus alas, arrancando desgarradores alaridos de tu garganta antes de soltarte y dejarte caer, tal como el lince se desplomó sobre la silla en la biblioteca para leer la carta de Eiji.

Sin gran parte de tu luz y repleta de laceraciones, se te fue concedido estar frente a Ash, mirar directamente a esos hermosos ojos verdes: despojada de tu manto divino, quedaste descubierta en meros harapos frente a él y solo él. El ser de tamaño titánico que una vez fuiste, ahora se asimilaba al marco del rubio. Casi lucias como un humano. Ash miró hacia arriba al terminar de leer la carta, enlazando miradas contigo.

Era el momento más aterrador por el que debían pasar los ángeles, si es que tu eras uno todavía, la muerte de tu protegido, tu alma a fin. Se suponía que para los mortales en ese momento no existía dolor ni tristeza, sino alivio. Te preguntabas qué pensaba Ash, viéndote tan golpeada, derrotada, cubierta de sangre.

No, suficiente. Tras una vida de castigo que pareció una interminable eternidad, sería tonto desperdiciar el único instante en que podías realmente hablarle al rubio.

¿Pero qué le dirías? ¿Explicarle quizás, la razón de que hubiese tenido que sufrir de tal manera?¿Por que no lo cuidó?

-... Perdóname, Ash.-lograste decirle, ahogándote con todo lo que querías transmitirle, todo lo que te estabas guardando. -De verdad lo intenté.

La tinta se humedeció en el papel, corriéndose con las lágrimas del pequeño lince.

Ocultando tu incesable dolor en una tímida sonrisa, te inclinaste y besaste la frente del rubio. Entregaste en él todo tu amor, el infinito. Tu ya no volverías allí, mas tu misión de acompañarlo en su vida terrenal finalmente estaba cumplida. 





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Gracias por leer, linduras. Muah muah <3 

Lágrimas de ángel. [Ash Lynx x fem!lector][BANANA FISH]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora