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— No estoy entendiendo muy bien... —Dahyun sacude su cabeza confundida y mira a Jihyo con el entrecejo fruncido — ¿te dijo suegra?
— ¡No! —Jihyo salta sobre su silla. — Ni siquiera nos conocemos.
Sus palabras salen remarcadas entre dientes para recalcar que no diga nada y mira a Mina con clara advertencia, para que no insista en decirle suegra y que todo quede bajo secreto mientras sea la primera cita.
— ¿Tienes hijos? —Dahyun insiste en preguntar.
Eso solo hace que Jihyo se culpabilice y vea el fracaso venir. Ni siquiera sabe si es realmente bueno mentir de esa manera, porque recién se están conociendo. No sabe si Dahyun acepta eso en una futura relación si es que las cosas puedes ceder correctamente.
— ¿Suegra? —entonces Mina interfiere, fingiendo confusión en su tono de voz. Luego simula una risa. — Oh, que idiota, discúlpeme. Es que usted se parece mucho a mi suegra —señala a Jihyo. Ésta alza las cejas, a modo de agradecimiento. — Veo que no es usted. Y perdone mucho por la confusión, fue sólo del momento.
En ese instante Mina no sabe si ha hecho bien o mal, y realmente teme mandar al carajo todo el avance que tuvo con su suegra hasta ese momento.
Dahyun parece entender la información entregada porque asiente con su cabeza y relaja su expresión.
— Bueno, que momento tan desafortunado —la azabache tira del cuello de su camisa blanca de trabajo, tratando de darse algo de aire por el calor que siente. — Mis disculpas por confundirla —hace una reverencia enfrente de Jihyo. — Díganme cuando tengan listo lo que quieren pedir y volveré a tomar el pedido, ¿bien? Disfruten.
Mina sale de allí casi corriendo, por poco botando el teléfono al suelo con sus manos sudorosas y resbalosas. Regresa al mesón, para pasar al interior de la parte donde solo pueden ingresar los empleados y resopla intranquila.
Su compañera, que está adentro tomando un descanso, nota la expresión de Mina y se acerca a ella preocupada.
— Mina, ¿qué pasó? Se te bajo el azúcar.
La mencionada se gira y trata de sonreír.
— ¿Qué tengo que hacer si veo a mi suegra teniendo una cita? Digo, le tengo que llevar el pedido —Sana se ríe suavemente de la expresión que tiene Mina y la misma situación que ha vivido. — No te rías, en serio me está dando algo. A mi suegra tampoco le agrado mucho.
— Bueno —deja de reír lentamente —, ¿quieres que las atienda yo? No lo sé, así estás más tranquila.
Mina tiene una rostro que exige auxilio. Sabe que puede meter la pata porque es muy torpe, más aún cuando está nerviosa y lo último que quiere es poner a Jihyo en una situación incómoda.
— ¿Harías eso por mí?
— Claro, somos amigas —se encoge de hombros.
— Te lo agradezco —la azabache palmea su hombro cariñosamente y suspira aliviada. — Te debo una.
