Habanero Sangriento VS Ogro.

Dos niñeros, una nieta V parte II

Los siguientes personajes no me pertenecen, son propiedad de Kishimoto, yo solo lo uso con el fin del entretenimiento.

¡Hola, mis queridos lectores! ¿Cómo estan? Espero que muy bien, hoy traigo conmigo un nuevo capítulo de esta atrapante historia.

Hiashi continuara su viaje en un tiempo que despertara dentro suyo, sentimientos que creía olvidados.

¿Cómo era la familia Hyuga? ¿Cómo se vivía en el complejo? ¿Cómo era Hana? ¿Dónde está Hinata? Esta y más preguntas serán respondidas hoy aquí.

Solo me queda por decir, disfruten del capítulo ¡Nos leemos abajo!

Summary: Él era un shinobi con una vista privilegiada, líder de uno de los clanes más fuertes de Konoha. Ella, la ex jinchuriki del zorro de nueve colas, invocadora de jutsus de sellado únicos en su clase.

¿Podría un simple resfriado, ganarles?

¡Claro que no!

...

O es creyeron hasta que se encontraron.

La princesa Uzumaki tendría ¡No uno! Sino dos ¡Dos! Valientes y totalmente diferentes niñeros. ¿Qué puede salir mal? ¡No le darás de comer eso a mi nieta! ¡¿Tú nieta?! Ella es mía dattabane y está a mi cargo.

Introducción

Tal vez era un sueño; tal vez estaba muerto. La duda persistía en él como una lucha eterna entre dos bandos. Por primera vez en su vida Hiashi se sentía completamente desorientado. Su cabeza no le encontraba sentido y su corazón...

Seguía perdido por la esencia de Hana.

¿Qué hacer? ¿Cómo responder a lo que no se entendía? No se hacía, no importaba.

Pero si de algo estaba seguro era que ya sea en la muerte o en los sueños, él la elegía... él la amaba.

Jamás dejo de hacerlo.

...

...

...

Dos niñeros, una nieta

V

Parte II

Sintió el abrazo pegajoso del vapor y escucho el ruido del agua. Eso era todo, el resto permanecía a oscuras porque...

Hana hizo a un lado las tollas dejando su cuerpo al desnudo. Sin gramo de vergüenza y con total naturalidad se fue bajo la ducha y comenzó a lavar su cabello. Con ambas manos desenredo mansamente los nudos, mientras humedecía hebra por hebra para después acomodarlo prolijamente sobre su hombro.

Minutos después salió de la ducha y se recogió el cabello en un moño suelto mientras soltaba un largo suspiro. –Nada como un buen baño ne'... –dijo mirando a su esposo. –Mi Lord ¿se encuentra bien?

–Sí. –respondió.

–¿Esta seguro? –pregunto no muy convencida.

–Sí. –repitió.

–Pero entonces... –inclino la cabeza confundida. – ¿Por qué no abre los ojos?

–Es que estoy... –imploro una excusa creíble, que apartara la vergüenza que le significaba ver a una mujer desnuda después de tanto tiempo. –Yo utilice demasiado el Byakugan. –aclaro la voz esperando sonar más seguro. –Sí... durante la misión. Fueron demasiadas horas y me arden los ojos.