El Hijo

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- ¡PADRE!

Pandora entró de un solo golpe.

- ¿Padre?

Lakyus miró al recién llegado que vestía de una manera muy peculiar.

- ¡¿PADRE?!

Evileye y Gagaran miraron al "monstruo" que llegó e incluso dudaron de que eso fuera un hijo, considerando la naturaleza no muerta del Rey.

-¿¿Hijo??

Tía y Tina se miraron la una a la otra preguntándose ¿Cómo es que era su hijo? ¿Cómo pudo tener un hijo?

Todos en lo único que tenía en común era la sorpresa.

A Ainz le atacó el [Supresor de Emoción], que Pandora entrar de esa manera no estaba previsto, por ende le dio un shock y si tuviese corazón de seguro le daba un paro cardíaco.

¡Además! Si de esto se enteraban los Guardianes, Ainz tendría que rebanarse el inexistente cerebro para evitar una pelea interna.

- ¿Qué haces aquí, Pandora?

Cuando se vio relajado pudo reaccionar.

Pandora miró todo a su alrededor, ver a las cinco mujeres en la misma habitación que su padre y más aún a una de ellas sobre la mesa, otra más con la mano arriba. Al parecer la discusión fue tomando un rumbo intenso.

Si bien, no esperaba interrumpir pero el escuchar la conversación y el como le faltabal el respeto a su creador, le hizo hervir la sangre.

Aunque el entrar, de seguro le hacía merecedor de un buen regaño y la verdad, valía la pena.

- Solo pasaba por el lugar y vi a varios sirvientes temblar del miedo, cuanto más me acercaba podía escuchar los gritos de una vocecita chillona y molesta.

Ainz se llevó una mano huesuda a cubrir la cara, se le olvidó colocar un hechizo de [Silencio] para que su discusión no saliera de esta habitación, si bien, era conciente de que los sirvientes no hablarían de esto pero si algún Guardián los abordaba, no tenían más opciones que responder.

- Entiendo.

Suspiro pesadamente y dejo caer los hombros por la fatiga mental, le impacto su llegada, las aventureras tomaron de nuevo asiento.

Con una nueva entidad poderosa en la habitación, tenían las de perder.

- Lamento que haya escuchado este escándalo, mi compañera no sabe cuándo cerrar la boca.

Dijo Lakyus tratando de excusarse y mirando con enojo a la pequeña maga.

- Debería, esa lengua suya corre peligro de ser cortada.

Respondio el monigote acercándose a cada paso más y más a su creador.

Uno creyera que la tensión se había ido pero no fue así, las cinco mujeres podían sentir la sed de sangre del recién llegado y aunque no era tan fuerte podía impactarlas.

- ¡Basta!

Todas dieron un brinco en su lugar, la voz y el golpe en la mesa les hizo despertar de esa intención asesina que caía sobre ellas.

- Pandora, detente.

Solo vieron cómo el mencionado hijo se colocaba a un lado del Padre, esto daba un cuadro curioso y pintoresco, la muerte o más bien el amo de la muerte yacía sentado como si nada ocupando la silla principal del comedor, cuya fue adornada de hermosas vajillas y cubiertos de plata, flores vivamente hermosas y algunos bocadillos como entrada al almuerzo. Detrás de él, un hijo de carne y hueso de mirada amenazante, brillante y perspicaz, cuyo rostro les regalaba una relajante sonrisa.

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