Capítulo 8

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Thik

Thik

Thik~

Dentro de la espaciosa habitación asignada a los huéspedes de la corte real, Minho disfrutaba de todas las comodidades que este tipo de lugares siempre ofrece, arrellanado en un amplio sillón forrado de finas telas, comía gustoso de las uvas que había solicitado y que presto le habían llevado, ambos pies en el exquisito escabel de la habitación, escupiendo las semillas del jugoso fruto.

Toc toc toc ~ - Tocaron tímidamente a su puerta.

Minho tuvo que sonreír ante el sigilo.

-Adelante Jeongin – Casi gritó y el aludido accesó al lugar con cara de espanto, para posterior mirarle cual asesino.

-Uuuuuhhh Jeongin~ esa mirada causará pesadillas – Se mofaba el manejador de cabellos negros.

-Dejemos el comportamiento pueril, tengo asuntos más importantes que atender y mi presencia en TÚ habitación en EL PALACIO sin duda generara algunos rumores-

Minho, quien seguía degustando como catador experto el fruto de la vid, decidió ir al punto.

-Oh sólo quería informarte de mi encuentro con la adorable pareja – Comentaba aún con ese tono socarrón que le ponía los nervios electrificados a Jeongin. Si no fuese necesario ya lo hubiese terminado envenenando con las uvas que ahora devoraba.

-Qué has logrado, espero que seas asquerosamente eficiente, para la cantidad grosera de dinero que pediste-

-¡Ah! Pero eso no me lo puedes criticar, no hay alma en esta tierra que se atreviera a hacer mancuerna contigo en tu viaje de locura amorosa– Jeongin fastidiado de la teatralidad le golpeó los pies fuera del escabel para acomodarse él.

-¿Entonces? – Preguntó ya fastidiado.

-¿Entonces qué Jeongin? – Sin dejar el tono infantil Minho parecía estar divirtiéndose mucho.

-¡Para qué carajos me hablaste! – Alzaba la voz, incapaz de mantener a raya su temperamento.

-¡Vaya! Pero no tenemos necesidad de perdernos el respeto... ¡Oh está bien! – Se ponía derecho en su sillón apoyando los codos en los descansa brazos y adelantando la parte superior de su cuerpo, a manera de cuando uno quiere contar un secreto.

-La reunión con las regentes pasó no totalmente inadvertida, Mmm – Ponderaba – A decir verdad creo que la reina Chaewon tiene sus dudas–

Jeongin asentía, indicando que lo seguía en la conversación.

-Ella es la inteligente del par, es de la que te debes de cuidar, la otra es sólo una bestia bruta. Como todos en este lugar-

-Ahí es donde te equivocas – Le corregía Minho. Jeongin le miró con irritabilidad- No todos en este lugar son bestias brutas – Aclaraba el punto, no siendo precisamente lo que pensaba escuchar su interlocutor- No me dejaste terminar – Le dijo al leer su confusión - la reunión con las regentes no fue tan fácil, pero el verdadero problema era la reunión con los trabajadores de la construcción ¿Recuerdas Jeongin? Yo no soy ingeniero-

-¿Qué pasó entonces? – Preguntó ignorando el sardónico comentario final.

-Bueno tuve que sujetarme a lo planeado, escuchando las propuestas y callando casi totalmente. Estoy seguro que las personas dudaron de mí capacidad, pero la solución apareció frente a mis ojos después de unos segundos de paseo en los lugares donde pasará el canal- Jeongin le escuchaba enfrascado.

-Resulta que no todos los trabajadores de la construcción son bestias, este país tiene una fuerte invasión inmigrante de pueblos devastados o demasiado pobres. Uno de esos inmigrantes en especifico, con una historia ~tristísima~ con su familia asolada por la guerra actual, sus miembros infectados por la peste negra que esta trajo, desquebrajado por no poder llevar el sustento suficiente a sus parientes y lo más importante – Minho pausó, mojándose los labios y parándose de su asiento – Tiene hambre Jeongin, hambre de dinero mezclado de resentimiento y conocimientos deleitantes de la ingeniería.

La Bestia Y La Domadora (Adaptación al Hyewon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora