Capítulo 15

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Minho se colocó la capota en su cabeza ocultando perfectamente su rostro, se acercó al espejo y observó su figura, después de unos segundos se volvió a descubrir, alzó su mano y una copa con vino que tenía en una mesita cerca levitó hasta ella.

Estaba tomando del vino cuando llamaron a su puerta, rápido se quito la capa y abrió para observar al intruso.

-Hablé con él – Minho observó al pasillo y luego bruscamente metió al peón.

-¿Qué crees que haces aquí? – Le decía irritado de la imprudencia, mientras le agarraba del cuello y juntaba sus rostros.

-Pe..Pero yo creí que...-

-¡Ay! Eres un imbécil, qué tal si alguien te estaba siguiendo – Lo soltó y se apretó la sien.

-Qué más da, de cualquier manera necesitaré ayuda – Caminó a su cama donde había aventado la capa y se la colocó otra vez.

-El conde no tendrá que esperar demasiado para salir de la mazmorra. Ahora necesito que te adelantes y le lleves algo de tomar al guardia-

-No, no no, no tomará nada si está de servicio, su trabajo se lo toman en serio-

-¿Y cómo fue que te dejaron pasar? –

-Porque le dije que quería decirle sus verdades al que se atrevió a desafiar a nuestra reina, pero no me dejará pasar una segunda ocasión– Le contestaba nervioso el peón.

-Debe de haber una manera en que podamos pasar– De pronto se detuvo y comenzó a mover de arriba abajo su dedo índice.

-Hey las mazmorras están cerca de la construcción–

-Sí, es verdad-

-¡No fue una pregunta! – Dijo irritado – Iré primero a la construcción, moldearé unos cimientos hechos de metal a modo de que poco a poco se caigan –

-No creo que los guardias corran a ver qué pasa, para eso están los que patrullan-

-Pero que tal que... ¿qué tal si lo que se derrumba cae exactamente en la celda del conde?, ¿Entrarían a la celda? – "Y yo podría..." Continuó lo demás en su mente

-De acuerdo, esto es lo que haremos iré a moldear los castillos de la columna más cercana, para que lentamente se derrumbe y así tenga tiempo de esconderme cerca de la celda – Relataba imaginando las cosas en su mente, paseando de un lado al otro sin mirar a su compinche.

-Estando cerca, puedo malear los grilletes del conde para que escape– Alzó la vista

-¿y para qué me necesita?-

-Para que le avises del plan al conde y esté listo-

-Pero ya le he dicho que no me dejaran entrar... - Minho le interrumpió.

-No entrarás; las mazmorras tienen una pequeña ventana ¿No es así? – El peón asintió – Sólo necesitas llevar un papel que yo escribiré y tirarlo en la celda, sin que nadie lo note-

Fuera de la habitación paralela a la puerta, pendía un hilo de color marrón, el hilo comenzó a ascender al techo donde una sombra lo recogía.

-Lee Minho– Susurraba la figura para después desaparecer.

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Una figura se movía entre los árboles los cuales estaban en las inmediaciones de las celdas.

Su respiración agitada le zumbaba en los oídos, como si su corazón no estuviera en el pecho sino a un costado de estos, le parecía no escuchar nada más que sus propias palpitaciones, las bestias tienen sentidos sobrehumanos.

La Bestia Y La Domadora (Adaptación al Hyewon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora