No sé engañen con el título. Acá sólo habrá historias romanticas-eróticas cortas NaruHina.
Y si quiero y puedo de algún otro Shipp.
Serán historias de un capítulo, dos capítulos, tres capítulos etc.
Cada historia tendrá:
Una portada
Un prólogo
y un...
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No me he venido tantas veces en un día desde los fines de semana cuando tenía dieciséis años y la abuela Mito se iba a visitar a sus amigas. Podía tener a la chica que quisiera cuando quisiera y lo aproveché. Esto es mejor sin embargo, la mujer en mis brazos es suave y cálida, su aroma en mi nariz es real, y los sonidos de su satisfacción me conmueven de una manera que no creía que pudiera suceder.
"¿Qué estás pensando?" dice tomando mi mano y colocándola sobre su pecho izquierdo, sobre su corazón. "No me digas que quieres más. No creo poder caminar ahora mismo".
No quiero decirle lo que estoy pensando porque durante las últimas quince horas, he estado fantaseando con algo que no se trata solo del sexo, sino de algo que que he deseado durante esas largas noches solitarias en la cárcel. Las noches en que necesitaba algo, cualquier cosa para mantenerme cuerdo, para que no me amargara aún más.
Pero Hinata me mira con esos increíbles ojos lilas, y en lugar de mentir, digo lo que pienso desde el lado más oscuro de mi corazón.
"¿Sabes quién es tu padre en realidad?" Hinata se tensa, tragando con dificultad.
"Yo no entendí completamente por que nos mudamos a tu casa para empezar. Pensé que era algo consensuado entre nuestros padres y Dan...".
"¿Algo consensuado?" La interrumpo. Mis emociones se apoderan de mí y me levanto del colchón, agarrando mis jeans y poniéndomelos. "¿Ves mis cicatrices? ¿Tienes alguna idea de lo que se sentía el constante acosó de los policías corruptos y estar en las manos maldito juez sobornado? Mi maldito abogado defensor fue amenazado y decidió dejarse perder. Imagínate ver la cara de tu abuela mientras veía ser condenado a su último familiar mientras callaba una enfermedad incurable. Mi beca fue arrebatada y... La chica de la que creía que estaba enamorado me traicionó. Me abandonó."
No quiero decir esas últimas palabras, pero salen de todos modos, y Hinata eleva el rostro con lágrimas formándose en sus ojos, incapaz de decir nada. Me doy la vuelta y agarro mi camiseta y sudadera, dirigiéndome hacia la puerta. Tengo que pensar lejos de ella.
"Voy a fuera. Volveré al anochecer".
No escucho una respuesta mientras me apresuro a bajar las escaleras y me voy. Conozco estos callejones y calles laterales como la palma de mi mano, y mientras. Ingrese al área controlada por diversas pandillas, me alegro de que realmente no les importe nada acerca de mí. Aún así, mantengo mi capucha sobre mi cabeza. No hay necesidad para tomar riesgos estúpidos.
Mientras camino, me pregunto por qué le conté a Hinata cómo me sentí cuando me arrestaron.
Debo admitir que no había forma de que Hiashi tolerara que su hija fuera recogida por un chico en una Harley, especialmente si el chico era yo.
